patrimonio
Mala conservación del Cristo de los Faroles por dejadez
Aunque el monumento es del Ayuntamiento, su declaración como BIC obliga a la Junta a velar por su mantenimiento
r.c.m.
Que la figura del Cristo de los Desagravios y Misericordia, más conocida como la del Cristo de los Faroles, no es una escultura cualquiera para los cordobeses es una obviedad. Coplas, poemas y hasta películas han hablado de esta histórica estatua de piedra que fue ... tallada en 1794 por Juan Navarro León, bajo el encargo del fraile capuchino Diego José de Cádiz. Pero ni su atractivo turístico ni su significado para la ciudad de Córdoba han evitado que su estructura se haya visto gravemente dañada ante la pasividad de las administraciones.
Tal y como publicaba este periódico en su edición de ayer, las primeras catas de limpieza efectuadas al Cristo de los Faroles por la empresa Gestión y Restauración del Patrimonio han demostrado que parte de la estructura -concretamente la que une la cruz a la peana- ha estado expuesta a un más que posible desprendimiento. Como consecuencia, lo que en un inicio iba a ser una restauración estética promovida por la empresa Tierra Creativa mediante el programa «Apadrina un monumento» se ha convertido en una actuación de urgencia para salvaguardar la conservación de esta obra tan significativa, declarada Bien de Interés Cultural.
Al igual que ocurre en otros monumentos, en el caso del Cristo de los Faroles existe una dualidad de competencias entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía. Por una parte, el Consistorio comenzó hace más de un mes el proceso de inscripción de la plaza de Capuchinos -y por ende, de la famosa escultura- en el inventario municipal y en el Registro de la Propiedad para evitar problemas futuros de inmatriculaciones. De esta forma, el Cristo de los Faroles es de titularidad municipal. Por otro lado, la Junta de Andalucía, mediante el Decreto 83/2012 de 3 de abril, inscribió en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Monumento, la Iglesia de Los Dolores y Hospital de San Jacinto, en Córdoba. Asimismo, en esta publicación se recogen explícitamente otros elementos del entorno, entre los que se halla el crucificado de piedra.
Unos por otros...
Es decir, el Ayuntamiento tiene la obligación de llevar a cabo la conservación y restauración de sus propiedades, pero la Junta de Andalucía es la responsable de vigilar y velar por el buen estado de un bien declarado de interés cultural como el Cristo de los Faroles. En este caso, queda claro que la supervisión de la Consejería de Cultura, que no ha querido hacer declaraciones al respecto, ha errado en alguno de sus protocolos y ha provocado que uno de los iconos turísticos y devocionales de la ciudad haya sufrido un «grave riesgo» de desprendimiento.
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