Alberto Nadal vuelve al PP para reforzar el área económica y convivirá con Bravo

Igual que su hermano, pertenece al Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado. «Un genio con particularidades» en palabras de veteranos que coincidieron en su etapa con Rajoy, a quien acompañó incluso en las horas más críticas en la sede de Génova el día que prosperó la moción de censura. Después dejó la política.

Primero estuvo al frente de la política energética con el ministro José Manuel Soria y después coordinó los Presupuestos con Cristóbal Montoro. Se quedó a las puertas de la Oficina Económica de Presidencia (OEP) cuando todos le señalaban después de que el otro Nadal, Álvaro, ascendiera al Ministerio; renunció a intentar presidir el Banco Mundial y también vio frustrado su ascenso en Red Eléctrica. Pero ahora vuelve al PP de la mano de Feijóo, en cuanto acabe su mandato en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) este mismo año.

En Génova se ocupará de la vicesecretaría de Economía y Desarrollo Sostenible. Pero tendrá que convivir con el otro hombre económico de Feijóo, Juan Bravo, bastante más relacionado con el ala liberal del partido que Nadal, y que ahora tendrá encomendadas las carteras de Hacienda, Vivienda e Infraestructuras. En el partido insisten en que son «dos perfiles complementarios» y apuntan a que la división de áreas envía un mensaje en clave de futuro gobierno. Lo indudable es que a partir de este congreso habrá dos dirigentes al mando de las posiciones económicas -asunto preferente dentro del PP- que hasta el momento asumía Bravo en solitario. Y algunos dirigentes ven inevitable «el choque» de ambos, que representan también dos sensibilidades.

La necesaria convivencia de dos primeros espadas económicos contrasta con el poder absoluto otorgado a Miguel Tellado en el ámbito orgánico. El nuevo secretario general asumirá también la cartera de Organización lo que, de facto, le entrega el control de todo el partido. En Génova no niegan que ese es exactamente el objetivo: solo habrá un interlocutor con los gobiernos autonómicos y una sola voz en todas las cuestiones internas. Ni desdoblamientos, ni las disfunciones que hasta ahora se producían.

La número dos saliente, Cuca Gamarra, permanece en el perfil institucional que venía desarrollando con las áreas de Justicia, Interior y Defensa. Una salida muy medida y pensada con «generosidad», coinciden en el partido, que ha levantado algunas ampollas en el grupo parlamentario. Ester Muñoz, flamante diputada por León, estará al mando de la portavocía parlamentaria y dará continuidad a la línea dura contra el Gobierno. La otra novedad con nombre propio es Alma Ezcurra, encargada de establecer los posicionamientos políticos del PP y que elaborará los programas electorales como ha hecho con la ponencia del propio congreso nacional. La entrada de Jaime de los Santos garantiza un perfil de centro, de defensa del colectivo LGTBI en la propia dirección conservadora y otro rostro nuevo a pesar de que ha despertado algunos recelos en el PP de Madrid. Se mantiene Borja Sémper como portavoz del partido, una apuesta personal de Feijóo; Alicia García en el Senado; Elías Bendodo al frente de la vicesecretaria de análisis electoral; Noelia Núñez como el perfil más joven de la dirección; y Carmen Fúnez, que regresa a la Política Social.