Sortu elude en Madrid exigir a ETA su disolución
Una profesora, Maider Etxeberria, figura en los estatutos como secretaria general, a quien acompañan otras dos mujeres y un hombre en un comité pantalla hasta el congreso constituyente
J. PAGOLA
La «nueva» formación política, que no tiene vinculación alguna con Batasuna; que rechaza la violencia, incluso la de ETA; que no acepta la tutela de los pistoleros, y que pone a su frente a una secretaria general, Maider Etxeberria, no contaminada por el virus del ... terror, elude, y eludirá, exigir a la banda que se disuelva y entregue las armas. Sortu tampoco se plantea pedir perdón a las víctimas.
Madrid fue ayer la segunda estación en el largo camino iniciado por la «izquierda abertzale» en busca de su legalización. Pero allá donde se le brinda la oportunidad de ganar una credibilidad que ahora tiene «bajo mínimos», la desaprovecha. El portavoz virtual de la formación, Iñaki Zabaleta, se está convirtiendo en un experto en sortear preguntas, porque se ajusta al guión, con la contumacia de un papagayo, que le ha escrito el abogado Íñigo Iruín para superar el filtro de la Ley de Partidos.
Ayer, en Madrid, a Zabaleta no le quedó más remedio que admitir algunas cuestiones, ante la insistencia de los informadores. Pero echó balones fuera. Después de tantos años dando cobertura al terrorismo, la pregunta era obligatoria. ¿Qué van a hacer para despejar dudas? Y Zabaleta repitió la cantinela: «Es un proyecto nuevo absolutamente, que nace de una ruptura con el pasado, que reniega de la violencia, que rechaza la violencia y no la acepta en absoluto, ningún tipo de violencia, incluida la de ETA». Pero, después de tantas trampas, no tienen ninguna credibilidad, se le recordó. «La credibilidad crece, se crea, se gana —balbuceó Iñaki Zabaleta—. Sólo pedimos una oportunidad para ganarla».
Al portavoz de Sortu se le brindó entonces la oportunidad de ganar credibilidad en un solo día si exigía allí mismo a ETA que se disuelva y entregue las armas. Pero eludió hacerlo. También despreció la oportunidad de dar crédito al nuevo proyecto de la «izquierda abertzale» al negarse a condenar, de forma retroactiva, los más de 800 asesinatos que arroja el genocidio etarra. Y, sin contestar a lo que se le preguntaba, volvió a repetir: «Hemos dicho que rechazamos absolutamente todo tipo de violencia, particularmente la de ETA, y eso es lo que establece el marco legal actual vigente con las últimas modificaciones: rechazo de todas las violencias incluida la de ETA y entiendo que el concepto rechazo es social y jurídicamente completo».
Zabaleta puso en bandeja que le hicieran la siguiente pregunta: ¿Su rechazo a la violencia es meramente administrativo, para superar la Ley de Partidos o responde a un convencimiento íntimo? Y el portavoz volvió al guión: «El convencimiento íntimo de Sortu y de toda la sociedad vasca, incluida la izquierda abertzale, es firme, de ruptura total con el pasado, un nuevo frente, una nueva realidad, un nuevo futuro».
Tampoco consideró pertinente la interrogante acerca de si prevén contactar con los familiares de las víctimas del terrorismo. «Entiendo la pregunta, la acepto, es importante y relevante, pero en estos momentos, hoy, justo cuando hemos presentado los estatutos en el registro, no podemos avanzar nada más. De alguna forma acepte usted mi respuesta». Es decir, que volvió a no contestar.
También lanzó balones fuera cuando se le preguntó si la formación había comenzado ya a elaborar candidaturas. «Es muy pronto», fue su mensaje, pese a que los comicios de mayo están a dos meses y medio vista. Sin embargo, se mostró nítido cuando pidió «honestamente» a las «autoridades españolas que actúen en defensa de los intereses de la Justicia», porque «no somos continuación de nada, nadie fagocitará este partido». Se mostró muy satisfecho de cómo habían procedido a la inscripción de Sortu en el Registro de Partidos del Ministerio del Interior, «perfectamente y sin contratiempos».
Lo cierto es que el partido comienza a configurar sus estructuras internas. Mientras Rufino Etxeberría, Íñigo Iruín, Txelui Moreno, Maite Betialarrangoitia y otros operan entre bastidores, diseñando estrategias, la formación se dota de un comité permanente encargado de coordinar sus actividades hasta la celebración de un congreso constituyente. Lo integran la secretaria general, Maider Etxeberria, profesora de geología, así como Miren Aguirregabiria, Javier Artola, profesor de la Universidad del País Vasco, y Rakel Jausoro, empleada.
Sortu contó ayer con el apoyo del presidente del grupo Europeo de Abogados para la Democracia y los Derechos Humanos, Bill Bowring, y el dirigente del Sinn Fein Alex Maskey, que relacionaron la creación de Sortu con la urgencia de abrir en España un nuevo «proceso de paz».
Bowring, que alardeó de representar a activistas chechenos o palestinos, declaró que «las autoridades españolas deben aprovechar esta oportunidad, deben tener el coraje que tuvo el Gobierno británico en 1997. Este es también en el camino para la paz en el País Vasco». Por su parte, Maskey, subrayó que «la experiencia irlandesa tuvo muchos momentos críticos y este es un punto clave entre el pueblo español y el pueblo vasco».
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- PDF: Consulta aquí los estatutos de Sortu
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