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Los votantes «cabreados»

Lo cierto es que Rajoy decidió ayer dar una rueda de prensa, pero no por la sentencia, sino por la moción de censura. que le ha presentado Sánchez. Es un matiz importante:no compareció el presidente de un partido avergonzado por la corrupción, compareció el presidente de un Gobierno amenazado por la oposición

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, ayer en su comparecencia tras el Consejo de Ministros. EFE
Juan Fernández-Miranda

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La sentencia del caso Gürtel es gravísima. No solo por la contundencia de las condenas, sino por los hechos probados: el PP se benefició de una trama de corrupción institucional surgida en su seno, su tesorero es culpable y su presidente no es creíble. La ... novedad es que no lo dice un testigo, ni un adversario político: lo dice la Audiencia Nacional. El Gobierno se agarra al voto particular y se encomienda al recurso ante el Tribunal Supremo: que si la sentencia no es firme, que si los jueces se han extralimitado, que si los hechos ocurrieron hace muchos años. Excusas de mal pagador. La sentencia es gravísima y no asumirla es no aceptar las reglas del juego. Las mismas a las que apela el Gobierno cuando son otros quienes se saltan la ley. Que si los ERE del PSOE en Andalucía, que si el 3 por ciento del PDECat. ¿Yel PP de Aznar? La corrupción no conoce de siglas y el rechazo debe ser el mismo.

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