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Los últimos «goras» de la bestia

Los últimos «goras» de la bestia

La expectación crecía en la rue de Richelieu. El registro en el domicilio que compartían los etarras Garikoitz Aspiazu Rubina, «Txeroki», y Leire López se hacía interminable. Hasta que apareció la bestia, que vociferó los esperados «goras» a la organización que ya no dirige gracias ... a la pericia de los gendarmes y los agentes de la Guardia Civil. Gritos de rabia, de impotencia, quizás de miedo, por el inminente destino entre rejas, allá donde Garikoitz Aspiazu ya no causará más víctimas y sufrimientos. De momento, dormirá en la comisaría de la localidad francesa de Bayona y luego tal vez vaya a París antes de ser entregado a su país, España.

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