Los últimos «goras» de la bestia
La expectación crecía en la rue de Richelieu. El registro en el domicilio que compartían los etarras Garikoitz Aspiazu Rubina, «Txeroki», y Leire López se hacía interminable. Hasta que apareció la bestia, que vociferó los esperados «goras» a la organización que ya no dirige gracias ... a la pericia de los gendarmes y los agentes de la Guardia Civil. Gritos de rabia, de impotencia, quizás de miedo, por el inminente destino entre rejas, allá donde Garikoitz Aspiazu ya no causará más víctimas y sufrimientos. De momento, dormirá en la comisaría de la localidad francesa de Bayona y luego tal vez vaya a París antes de ser entregado a su país, España.
Santuario de Lourdes
No consta si el ya ex número uno de la banda etarra es aficionado al deporte del esquí y a los baños termales, pero el lugar donde se escondía de la Justicia es perfecto para practicar el deporte alpino y disfrutar de las fuentes de agua pura.
Tampoco es probable que «Txeroki» sea un devoto del catolicismo -no lo parece, a tenor de las sangrientas atrocidades cometidas por la banda asesina que lideraba-, pero su guarida dista apenas cuarenta kilómetros del precioso Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, célebre en todo el mundo como lugar de peregrinación mariana para los fieles y a donde acuden miles de españoles, por lo que es muy fácil pasar desapercibido.
Cauterets es un pequeño pueblo del Pirineo francés que acoge en sus angostas y tranquilas calles a menos de dos mil habitantes. Sito en un bonito valle, las montañas que hay en su entorno lo embellecen y al mismo tiempo lo convierten en el escondite ideal.
Un paisaje tan agradecido para los ojos como difícil para posibles rastreos. Además, en esta zona fronteriza, el paso camuflado a territorio español es relativamente sencillo a través de las carreteras secundarias que parten del pueblo y se adentran en el corazón de los Pirineos antes de desembocar en la provincia de Huesca, junto a las conocidas estaciones de Astún o Panticosa. Si la necesidad aprieta, se puede incluso cruzar a pie. De ahí que sea aún mayor la destreza de los agentes del orden, quienes han sido capaces de apresar a los terroristas en medio de este recoveco entre montañas.
Los vecinos de Cauterets discurrían entre el asombro y la indiferencia. Todos se sorprendían al contemplar cómo una apacible localidad pirenaica se encontraba literalmente tomada por varias decenas de gendarmes. Este hecho se palpaba sobre todo al lado de la calle Richelieu, donde se ubica el domicilio en que fueron detenidos los dos etarras y donde el registro se alargó durante varias horas, ante la atenta espera del numeroso grupo de periodistas congregados y ante la mirada de un puñado de curiosos.
También se extrañaban al enterarse de que vivía junto a ellos el terrorista más buscado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en España y Francia. Y mostraban esa extrañeza a los medios que les requerían. Pero lo cierto es que ninguno tenía una relación especialmente cercana ni con «Txeroki» ni con la otra etarra capturada, al llevar éstos sólo unos días en la localidad. «¿Quién es Txeroki?», repitieron algunos vecinos.
Indiferencia
Una vez mostrada su sorpresa, los habitantes seguían con su quehacer diario, como si no hubiera pasado nada, quizás porque en esta zona del país galo no entienden la importancia de las detenciones, quizás porque aquí, como ha pasado históricamente, la noción de lo que es ETA y sus atentados criminales sólo suene como una música de fondo que no se termina de escuchar ni de entender porque no es de incumbencia propia. Muy cerca de este pueblo de montaña se encuentra una conocida estación de esquí que lleva su nombre y donde se puede practicar tanto esquí alpino como esquí de fondo. Por ello, son muchos los turistas que pasan sus días de asueto en tan bello paraje convertido por un día en el centro de todas las miradas de los dos lados de la frontera junto a la que se ubica. De hecho, sólo con pasear por sus calles se pueden comprobar las innumerables ofertas de alquileres de pisos y apartamentos en Cauterets y alrededores.
Relaciones «cordiales»
Unas ofertas destinadas a los aficionados a la nieve, la montaña y los bastones. Y, como se comprobó ayer, aprovechadas también por los terroristas que quieren pasar inadvertidos. Algo fácil de conseguir en una localidad donde la presencia de turistas españoles es más que habitual. Así lo atestiguó un vecino, que calificó de «cordiales» las relaciones entre franceses y españoles.
En cuanto a las aguas termales, son varios los sitios ubicados en distintas partes de la localidad donde se puede disfrutar de baños relajantes. Se dice que por sus instalaciones pasaron personajes históricos como Napoleón III, George Sand o Victor Hugo. Quizás en la semana escasa que «Txeroki» y su compañera han pasado allí les haya dado tiempo a darse algunos cálidos chapuzones. Los últimos en libertad.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete