Torra no está dispuesto a ceder en su idea de «hacer república» pese a la llamada de Sánchez

En la conversación telefónica mantenida ayer no se llegaron a tratar asuntos concretos que sí estarán sobre la mesa en la reunión que ya se está preparando por ambas partes. El presidente del Gobierno, señalan las mismas fuentes de la Generalitat, se había comprometido con Torra, a través de mensajes de móvil el pasado domingo, en llamarle en cuanto le fuera posible. Y ayer le fue posible.

Sigue enrocado

A la espera de lo que pueda salir de esta futura reunión, la posición de Torra se mantiene igual. El presidente autonómico está enrocado en su defensa de «hacer república» y, por lo tanto, cualquier negociación con Sánchez, tiene que pasar, primero, por un reconocimiento de los errores, en su opinión, que ha supuesto la respuesta del Estado de Derecho al referéndum ilegal del 1 de octubre y las medidas aplicadas en base al artículo 155 de la Constitución; después, por la puesta en libertad de los exconsejeros acusados de rebelión, entre otros delitos, por el Tribunal Supremo; y, finalmente, que España, como país, reconozca el derecho a la autodeterminación de Cataluña.

Torra se reunió ayer por la mañana, en el Palacio de la Generalitat, con Miquel Iceta, primer secretario del PSC, iniciando así la ronda de contactos que el presidente autonómico mantendrá con los líderes políticos catalanes -menos con Inés Arrimadas (Cs) que ha renunciado-. Fuentes conocedoras de los detalles del encuentro confirmaron a este diario que, si bien la reunión se había desarrollado en un ambiente de afectividad absoluta, el resultado era el previsto: «Sin novedad».

Ahora mismo, Torra no está dispuesto a ceder en sus pretensiones independentistas antes de acudir a la cita con Sánchez y así lo dejó claro Elsa Artadi, portavoz de la Generalitat. El entorno oficial del presidente autonómico considera, por ejemplo, que el documento con las peticiones (45+1) que Carles Puigdemont presentó a Mariano Rajoy, hace poco más de dos años, y que incluía «una respuesta política a un mandato democrático» en forma de un referéndum de independencia, es de una etapa superada. «No estamos en esta fase anterior. Los 45 puntos son de obligado cumplimiento», es decir, no son negociables, señalan a ABC.