El PP suprime 27 consejerías y decenas de cargos

Por ello, el PP ha decidido pasar de las palabras a los hechos y ha convertido sus feudos autonómicos en un auténtico laboratorio en el que han comenzado a aplicarse las medidas anticrisis. Basta recordar el dato de que las Comunidades ahora en manos del PP pasarán de un total de 108 consejerías a 81, para tener una idea gráfica del recorte emprendido, similar al que acometerá Mariano Rajoy, si alcanza la presidencia del Gobierno.

Las Comunidades autónomas del PP se han convertido, como así lo ha reconocido a ABC el coordinador de Política Local y Autonómica, Juan Manuel Moreno, «en una avanzadilla, en una especie de anticipo de lo que será el gobierno de Rajoy , que se va a caracterizar por la austeridad, la transparencia en la gestión y la creación de empleo». Los populares tenían ya diseñado el tratamiento a aplicar para cuando llegaran a gobernar en las Autonomías, pero al abrir los cajones se han encontrado una situación mucho peor de lo que imaginaban. «Nos hemos encontrado unos ayuntamientos y unas Comunidades con un denominador común: el despilfarro. Un absoluto despropósito en la gestión. Se han inflado los gastos sin tener en cuenta la situación económico. Sin rigor presupuestario y trampeando», subraya Moreno.

Las situaciones que están viviendo los presidentes autonómicos son de lo más variopinta, pero todos están aplicando las mismas recetas: reducción de consejerías, menos altos cargos y puestos de libre designación, reorganización del número de empresas públicas, menos gastos de protocolo, menos coches oficiales y planes para reducir el gasto corriente.

Aunque todas las Comunidades autónomas a cuyo Gobierno ha accedido el PP por primera vez narran con sorpresa las situaciones de despilfarro más variopinta que están encontrando, una, Castilla-LaMancha, es especialmente significativa por la dimensión que han alcanzado las cifras. Hasta 2.606 millones de euros en facturas sin pagar, solo 36 millones en las cuentas, una deuda bancaria de más de 7.700 millones y todavía abren un cajón y «literalmente» aparecen facturas de 300.000 euros sin pagar, como le ha sucedido recientemente a un consejero.

Hasta ahora, el ex presidente socialista, José María Barreda, solo había reconocido primero 700 millones en facturas sin pagar y después admitió hasta 1.700. «Esto ha sido un engaño masivo a los ciudadanos, a los que se les ha ocultado la situación económica. La alarma no la hemos generado nosotros, sino quienes son los causantes de esta catástrofe», afirma el consejero portavoz del Gobierno de María Dolores de Cospedal, Leandro Esteban.

En Castilla-La Mancha ya ha comenzado a aplicarse el tratamiento anticrisis del PP y el portavoz del Gobierno advierte de que «lo que estamos haciendo en las Comunidades es un anticipio de lo que nos espera en España si Mariano Rajoy llega al Gobierno. Debemos dar ejemplo de austeridad y apretarnos el cinturón».

En Extremadura, su presidente, José Antonio Monago, todavía está haciendo números, pero ya advierte de que superarán el déficit del 1,3 por ciento que marca el Ministerio de Economía. «Me he encontrado una situación caótica y de desorganización en una Administración que ha crecido, no al compás de las necesidades de los extremeños, sino del PSOE», asegura a ABC. Su experiencia en el día a día ha pasado por comprobar que «en Presidencia había tres ingenieros informáticos al servicio del presidente socialista, ahora hay cero».

Monago no teme al escrutino del PSOE: «Estoy muy tranquilo, que hagan las prueban del algodón que quieran, las superamos todas. Si no veo brotes verdes, no lo voy a decir. Lo que estamos haciendo va a ser la forma en que Rajoy gobernará la casa de los ciudadanos. Con mucha austeridad».

Desde Baleares, su presidente, José Ramón Bauzá, también advierte a ABC de que «somos esa avanzadilla en la aplicación de medidas de éxito que son las que la sociedad demanda y que Rajoy adoptará cuando llegue a La Mocloa». Como le sucede a Monago, sigue bolígrafo en manos haciendo cuentas: «Estamos haciendo auditorías internas que nos dan una cifra que crece diariamente sobre impagos del Gobierno anterior. Tenemos visitas continuas de proveedores y prestatarios a los que el Gobierno le debe dinero». El presidente balear se quita mérito en la gestión de la crisis: «Lo que hago es cumplir con la palabra dada a los ciudadanos. Lo mismo que hará Rajoy».