Susana sigue dudando

A Susana le preocupa, comentan sus allegados, que, aunque no gane, Sánchez acapare un alto porcentaje de votos, quizás cercano al 40 por ciento, que se traduzca en un PSOE dividido que a ella, aunque triunfadora, le resultaría difícil de manejar. Nada que ver con el paseo triunfal hacia el liderazgo que creía tener asegurado cuando movió todos los hilos para forzar la salida del secretario general. Su preocupación quedó patente ayer cuando contraprogramó el mítin de Sánchez con otro propio. En el mismo día, a la misma hora. O sea, para aceptar el pulso. Pero sin dar el paso definitivo.

En el entorno de la presidenta andaluza se da por hecho que acabará presentando su candidatura; ha embarcado a tanta gente, ha metido tanta presión, que a estas alturas ya no puede dar ni un paso atrás. Pero quienes mejor la conocen observan sus dudas cada vez mayores y deducen que quizás llegue a la conclusión de que le convendría renunciar a la secretaría general a cambio de asegurarse la candidatura a la presidencia del Gobierno. Un posible acuerdo con Patxi Lopez que dejaría en manos de este las riendas del partido. Una teoría a la que da alas el rumor de que está siendo promovido por Alfredo Pérez Rubalcaba y el hecho de que a Susana no le inquieta la candidatura de López.

Hasta la teoría inicial de Díaz de compaginar la presidencia de la Junta de Andalucía con el liderazgo del PSOE se está desmoronando entre numerosas críticas internas. La alternativa, también. Ciudadanos, que apoyó su investidura, ha anunciado que estaría por ver que repita la jugada si designa a un sucesor. La última encuesta del CIS andaluz pronostica que tras las próximas elecciones autonómicas será posible un gobierno de PP con Ciudadanos y revela que la popularidad de Susana está bajando, lo que no es de extrañar con los numerosos frentes –el último, el de la Sanidad- que tiene abierta su gestión. Demasiados problemas para tantas dudas.

Curri Valenzuela