Socialistas vascos se suman a las críticas a Zapatero: «Por primera vez hace lo que debe»
El líder del PSE de Guipúzcoa le reprocha que reaccione con lentitud. Zapatero anuncia más gasto en subsidios a parados
Mientras la doctrina oficial en Ferraz tiende al cierre de filas, persiste una lluvia fina de quejas internas en el PSOE (Barreda y sectores del guerrismo dieron el primer paso) por la manera en que el Gobierno y su presidente han gestionado la crisis económica. ... Ayer fue el presidente de los socialistas guipuzcoanos, Jesús Eguiguren, quien afirmó, en declaraciones a Radio Euskadi, que, tras dos años de recesión económica, «por primera vez veo haciendo lo que tiene que hacer» a Rodríguez Zapatero.
El día antes de la T-4
El dirigente vasco, figura referencial en el socialismo vasco y también en la última negociación con ETA, afirmó que el jefe del Ejecutivo «tiene cierta lentitud a la hora de reaccionar ante los acontecimientos. La tuvo, quizá, incluso en el proceso de paz, cuando dijo aquello de que «el año que viene estaremos mejor» y todos sabíamos que aquello estaba roto. Con la crisis, también tardó en reconocerla aunque no era fácil».
La andanada de Eguiguren se produjo momentos antes de que Zapatero desmintiera ayer, por la vía de los hechos, que el Gobierno esté pensando en nuevos recortes presupuestarios para satisfacer garantías de solvencia de la deuda que exigen los mercados, como adelantaba el lunes en Londres el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa. Por lo menos, no en gasto social porque el Consejo de Ministros aprobará el viernes prorrogar seis meses el subsidio de 420 euros a parados que se queden sin prestación, alrededor de 200.000 beneficiarios más.
Y es que Zapatero necesitaba hechos porque afrontaba una difícil reunión con el Grupo Socialista, en la que tanto las palabras de Campa como el aumento en la edad de jubilación de 65 a 67 años, y el amago de incrementar el periodo de cotización para calcular la base de la pensión, habían conformado un giro «antisocial».
Lo primero que pidió a diputados, senadores y eurodiputados es «temple» frente a las turbulencias, que atribuyó, como ya hizo el lunes ante la Ejecutiva Federal del PSOE, a maniobras especulativas para devaluar el euro. Algo que, por cierto, Campa volvió a negar por segundo día, esta vez en París, para no perjudicar su defensa de la solvencia ante los inversores, y que es revelador de la esquizofrenia política en la que se haya inmerso el partido gobernante.
Zapatero no habló para inversores, como Campa. Su auditorio llegó previamente convencido de los argumentos de fondo que iba a oír y sólo necesitaba disipar las dudas creadas por el propio Ejecutivo con sus idas y venidas en materia de pensiones. Cuando le escucharon que la reforma laboral «será pacífica o no será» para que CC.OO. y UGT no monten una huelga general, todos salieron «razonablemente» animados, en palabras de varios consultados por ABC.
Lo que sí hizo Zapatero fue aclararles la versión «conspiratoria» que se había difundido de la reunión del lunes ante la Ejecutiva: una cosa es que haya movimientos especulativos contra la moneda única y otra que haya una «campaña orquestada» internacional contra el líder socialista. La campaña, a su juicio, es interna y la abandera el PP, «que quiere destruir a Zapatero porque sabe que no puede con él en las urnas», recalcó Blanco.
Txiki Benegas, uno de los poquísimos parlamentarios que pudieron tomar la palabra, ya a puerta cerrada tras el discurso del presidente del Gobierno, explicó a este periódico que se había limitado a pedir «disciplina» al Ejecutivo para que no vuelvan a sucederse anuncios y desmentidos que dan munición a la oposición. En tono irónico, el que fuera «número tres» en el PSOE de González resaltó que cuantas menos portadas conflictivas, mejor para todos. Atentamente le escuchaban no sólo Zapatero, también las dos vicepresidentas y los ministros Corbacho, Jiménez, Aído y Garmendia. En palabras de uno de los asistentes, Benegas puso el dedo en la llaga de las críticas que en privado se hacen al Gobierno: que muchos de sus miembros, empezando por De la Vega, «se ponen de perfil». También tomó la palabra la diputada Isabel López i Chamosa para hablar de la reforma de las pensiones y el senador canario Carlos Arcadio Díaz pidió adoptar ya la llamada «tasa Tobyn» para gravar las transacciones financieras.
No pudo intervenir el diputado de Izquierda Socialista Manuel de la Rocha, junto con otros tres o cuatro que habían pedido el uso de la palabra. Se levantó la reunión por razones «de agenda» del presidente, a pesar de que no tenía más actos públicos en el día de ayer. De la Rocha mostró su malestar por no poder decir ante los suyos lo que ayer ya apuntaba en un artículo de prensa en el que criticaba la ampliación de la edad de jubilación de 65 a 67 años.
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