Sánchez y Aragonès solo acuerdan que sobreviva la «mesa de diálogo»
El Gobierno ofrece tratar asuntos de competencias y económicos y la Generalitat pide la autodeterminación
El presidente autonómico anuncia que a partir de ahora las reuniones serán «discretas» y sin «foto fija»
Las necesidades mutuas de Pedro Sánchez y de Pere Aragonès son en este momento el gran pegamento entre el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña. Ambos necesitan que la llamada ‘mesa de diálogo’ -un instrumento que ayer se demostró vacío- perdure en ... el tiempo. Es la gran apuesta política del mandatario catalán, en un intento por brindar al independentismo una salida tras el ‘procés’ que culminó en 2017, y hacerlo diferenciándose de Junts, como una vía menos frentista. Pero que no renuncia a seguir enarbolando las propuestas del referéndum de autodeterminación y la amnistía. Y, a la vez, para Sánchez es el artefacto con el que visibilizar su entendimiento con ERC, grupo necesario para su supervivencia en el Congreso. Mientras esta mesa de diálogo sobreviva, el presidente del Gobierno tendrá asegurado su apoyo.
Ambas partes necesitan, por tanto, que la mesa sobreviva. Y que dure. Aunque no tienen las mismas urgencias. Tras una reunión de casi dos horas en el Palacio de la Generalitat entre ambos presidentes y otra posterior entre ambas delegaciones -que continuó hasta las ocho de la tarde-, Sánchez reivindicó una negociación « sin pausa, sin prisa y sin plazos ». El presidente fue nítido en este punto. Pidió calma. «No me pongan plazos. Necesitamos tiempo. No vamos a resolver mañana lo que se estropeó hace más de diez años», dijo. Por su parte, Aragonès reivindicó la necesidad de que de estas reuniones se obtengan «resultados» y se basen en «concreciones», siempre sobre la posibilidad de celebrar un referéndum de secesión.
Comparecieron por separado en la galería gótica del Palacio. Sánchez delante de las banderas de España y de Cataluña. Aragonès, solo ante la de Cataluña, pues la enseña nacional fue retirada entre una y otra intervención por el servicio de protocolo. Si la «mesa de negociación» es una foto, una imagen, algo simbólico -al menos de momento-, la retirada de la bandera de España es el mejor resumen. Fue el mismo lugar en el que Sánchez compareció el 6 de febrero de 2020 tras reunirse con Quim Torra, anterior presidente autonómico catalán.
La sustitución de esta última pieza es la que lo cambia todo pero la oferta de Sánchez sigue siendo la misma. La ‘ Agenda del Reencuentro ’, en la que se abordan asuntos que se sustancian en otros foros. Y Aragonès sigue más ocupado en hablar de un «proceso de negociación» y en el «consenso ratificado» de que existe «un conflicto político». Sánchez entregó en mano este documento a Aragonès. Para el Gobierno, representa un compromiso «inequívoco» con la sociedad catalana. Aunque muchas de esas cuestiones se sustancian en la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, regulada y que también tienen el resto de comunidades. O en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado.
Temas a tratar
No termina de definirse, por tanto, cuáles son los temas que se pueden abordar en esta mesa de diálogo, ya que el independentismo insiste en sus proclamas y las medidas que propone el Gobierno tienen otros cauces. El propio Sánchez reconoció que en muchas cuestiones hubo «avances». Los hubo sin «mesa de diálogo». Y a eso se aferra Aragonès, en concreto, y ERC, en general, que despachó esa propuesta como «asuntos sectoriales» y «cuestiones de gestión» y que se sustancian en la reunión bilateral habitual. Pero reivindicando que «el conflicto político va de otra cosa, va de soberanía». Por tanto, «la mesa que hoy -por ayer, miércoles- se pone en marcha es otra cosa», porque trata de afrontar «un conflicto político más profundo y que no tiene que ver con una política pública muy sectorial».
La principal conclusión de la reunión no es ningún acuerdo concreto, sino la constatación de que ambas partes necesitan mantener su entendimiento. Sánchez destacó que la reunión supone «la voluntad de ambos Gobiernos» por «las soluciones acordadas». Y constató ya en su primera intervención que las posiciones entre ambas partes de la mesa de negociación, en relación a las dos peticiones de los independentistas, están «muy lejanas». Aragonès se refirió a que muchos de esos contactos serán «discretos» . Sin la escenificación que se puso de manifiesto ayer. La mesa de diálogo se convierte más en un proceso de negociación, un espacio de «construcción de confianzas», como reiteró el presidente de la Generalitat, y no tanto en un órgano funcional de toma de decisiones.
No obstante, para Sánchez este es el mejor instrumento para canalizar su posición política. Apuesta por un trayecto largo que impida que en el corto plazo la negociación pueda descarrilar. Sánchez apuesta por trabajar «sin poner fechas». En esta línea, La Moncloa reivindica que el clima político y social en Cataluña ha mejorado notablemente en comparación con el momento en el que el PSOE accedió al cargo, tras el mandato de Mariano Rajoy y la culminación y fracaso del ‘procés’, en 2017 . Además, señalan la importancia de su esfuerzo por diluir el debate sobre el modelo territorial. Para ello se justifica que la pandemia ha reordenado las prioridades y que los gobernantes deben adaptarse a esa nueva realidad.
Sin embargo, en un debate que se circunscriba a las dos reclamaciones tradicionales de los independentistas no hay espacio para el avance. «Para nosotros, ni el referéndum ni la amnistía son posibles », insistió Sánchez. No solo porque la Constitución lo impida, dijo, sino porque «la sociedad catalana no merece «otro desgarro».
Así, la lectura de que el acto de este miércoles era poco más que una imagen la confirmó el propio Sánchez cuando resumió y defendió su reunión con Aragonès: « Ha merecido la pena . Las imágenes son importantes desde el punto de vista político. Lo sustantivo es que se está celebrando la reunión y que los presidentes se han reunido». Y acabó por ratificarse a última hora de la tarde con los comunicados de las dos delegaciones. El Gobierno, centrado en la ‘Agenda del Reencuentro’ y la Generalitat en la independencia.
Presupuestos y El Prat
El líder del Ejecutivo quiso desvincular estos encuentros de la negociación de los Presupuestos (PGE) para 2022: «No hemos hablado de PGE». De este modo, al prolongar en el tiempo los trabajos de esta mesa, el Gobierno pretende evitar un fracaso prematuro que pueda poner en riesgo el apoyo de ERC al Gobierno es, que como el de Barcelona, de coalición. El presidente se comprometió a presentar el proyecto de Presupuestos a finales de septiembre. Aragonès dijo que «todo ayuda», y que si los Presupuestos «son buenos» se puede avanzar. Pero también coincidió en desvincular esas cuestiones de la mesa de diálogo.
Sobre el aeropuerto de Barcelona-El Prat, ambos constataron que no ha posibilidad de acuerdo a corto plazo. Trataron la cuestión en la reunión entre presidentes y no hay novedades: «No existe una posición madura por parte de la Generalitat para abordar esta inversión. No existe consenso institucional», dijo Sánchez. Para Aragonès, « falta consenso » para avanzar en este tema y solo trataron el asunto de la inversión de 1.700 millones de euros por parte del Ejecutivo «brevemente». «Estamos centrados en cosas más relevantes», apuntó el president.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete