Sánchez se reunió en secreto con Junqueras tras ver a Puigdemont

La comida se produjo después de la reunión que Sánchez mantuvo esa misma mañana con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont y que, según dijo el líder socialista el sábado pasado ante el Comité Federal del PSOE, va a servir para abrir «una nueva etapa de diálogo» .

En cuanto a la cita con Junqueras conocida hoy, se desarrolló en un tono «cordial» . Ambos trataron «todos los puntos de la actualidad política» catalana y española y hablaron también de la situación económica. Junqueras expuso a Sánchez la necesidad de parar los recortes y facilitar la flexibilidad de los topes de déficit, además de abordar la financiación autonómica.

En la conversación, uno y otro hablaron también de la investidura y del referéndum, al que, según Junqueras, Pedro Sánchez sigue negando toda posibilidad de celebración. Pero el líder de ERC advirtió que su formación no se abstendrá en la investidura sin un referéndum sobre la mesa.

La revelación de la cita con Junqueras llega un día antes de la cita «a tres» entre PSOE, Podemos y Ciudadanos, y cuando en la formación de Albert Rivera crece el nerviosismo porque sospecha que Sánchez pueda estar intentando alejarse de la opción PSOE-C's para centrarse en un gobierno «de izquierdas» apoyado por Podemos, Compromís e IU, que necesitaría la abstención de ERC y DiL para la investidura .

Un nerviosismo que se ha extendido a las filas socialistas, donde destacados barones y pesos pesados prefieren repetir elecciones el 26 de junio antes que una investidura fruto de un «mal acuerdo» o con cesiones imposibles a Cataluña.

La confirmación de que Pedro Sánchez se reunió con el líder de ERC, Oriol Junqueras, ha sentado mal en Ciudadanos. Fuentes de la dirección del partido piden que « sería bueno que explicara el contenido de la reunión », aunque pedían esperar a esas explicaciones para «valorar el contenido» de ese encuentro.

Pero en cualquier caso, que se tratase de un encuentro secreto que ni siquiera se comunicó posteriormente es la causa fundamental del malestar: «El secretísimo en una reunión con quien lidera una operación para romper España no parece una buena idea ».

Este hecho, unido al desencuentro parlamentario en la votación sobre la LOMCE y la subida de tono de Ciudadanos respecto a la imposibilidad de acordar con Podemos, tensa sobremanera la relación de los dos socios un día antes de la reunión a tres con Pablo Iglesias.

La secretaria cuarta del Congreso, la catalana Alicia Sánchez-Camacho , ha considerado las posibles conversaciones ente ambos como «muy preocupantes» y ha exigido al PSOE que desvele si esos contactos son ciertos porque «los españoles tienen derecho a saberlo».

Los socialistas, por su parte, siguen respondiendo c on un «ni confirmamos ni desmentimos », lo que está dando pie a considerar cierta esa información. Un contacto que perseguiría obtener el apoyo de los independentistas a un futuro Gobierno de Pedro Sánchez, que también estaría apoyado por Podemos y que para Sánchez-Camacho sería cruzar una línea roja. «Si Pedro Sánchez negocia con Junqueras para que le apoye por activa o por pasiva en su Gobierno a cambio de romper España será gravísimo», ha advertido en declaraciones en los pasillos del Congreso.