Sánchez despide hoy a la Ejecutiva que lo acompaña desde que ganó las primarias a Susana Díaz en 2017

Aunque lo cierto es que la funcionalidad de esta Ejecutiva se vio muy mermada apenas un año después de su configuración, cuando Pedro Sánchez llegó a La Moncloa en junio de 2012. El núcleo de Sánchez bebió entonces de muy pocas personas. Y la ocupación del poder institucional sumió a los órganos internos en la intrascendencia propia de un partido sobre el que Sánchez ha ido reforzando su control en los últimos años. Hasta llegar al momento actual, en el que goza, y así se visibilizará en Valencia, de las máximas cotas de poder. Y habiendo reducido en los últimos meses las voces discrepantes .

Muy pocos de los participantes en la reunión celebrada hoy van a mantenerse en su puesto. El nuevo órgano será mucho más reducido que el actual. Para hacerlo más operativo. Muy distinta de la que se configuró en 2017 . Por aquel entonces Sánchez era otra persona. Era una figura que cargaba a sus espaldas con los dos peores resultados electorales de la historia del PSOE. Había ganado las primarias contra el aparato, sí, pero el resultado y esa falta de sustento orgánico hacían evidente una cosa: había medio partido desconectado del nuevo liderazgo y necesitaba magnificar todos sus apoyos.

El resultado fue una Ejecutiva de 49 integrantes. De la que luego salieron José Félix Tezanos, rumbo al CIS, y Beatriz Corredor, hacia la presidencia de Red Eléctrica. El número es abultado. Y buena parte de los perfiles adolecen de influencia o peso político. Sánchez ha preparado el Congreso Federal bajo dos premisas: renovación orgánica y unidad interna . Eso se dejó sentir ya en los cambios de Gobierno realizados en el mes de julio. El presidente, como hizo entonces, guarda con celo los nombres que compondrán la nueva dirección.

Pero desde Ferraz sí se trasladan varias ideas. Será una Ejecutiva más reducida, rejuvenecida, con más peso político y que proyectará la idea de reconciliación interna que ya se visibilizó con la remodelación del Gobierno. Enterrar la división interna originada entre 2014 y 2017 y que permanecía enquistada y todavía emanaba puntualmente en el funcionamiento del partido. La salida de Iván Redondo de la primera línea alivió al partido. Del mismo modo que, pese a ser completamente distintas, las de Carmen Calvo y José Luis Ábalos se interpretan como salidas que dan carpetazo a los bloques internos.

De sus más files sólo está prevista la continuidad de Adriana Lastra como vicesecretaria general y de Santos Cerdán como secretario de Organización , si bien en este último caso no ha sido confirmado públicamente como si lo fue en el caso de Lastra. Hay piezas por encajar. Como la de resolver si habrá o no una portavocía del órgano. Hasta ahora la había, en la figura de Óscar Puente, pero no se ejercía en la práctica. Tendrán asiento en el nuevo órgano los nuevos portavoces en el Congreso, Hector Gómez, y Senado, Eva Granados. Sánchez actuará sin ataduras respecto de los barones y sin tener que respetar cuotas de representación. Otra cuestión pendiente será conocer si Cristina Narbona mantiene la presidencia o si ese es el rol que le concede a la que ha sido su mano derecha en el Gobierno estos años, Carmen Calvo.