San Juan de Terranova espera la llegada de los supervivientes del Villa de Pitanxo mañana

El temporal ya dejó lo peor atrás, pero el tiempo no es ni mucho menos agradable en la capital de la provincia canadiense de Terranova y Labrador. Temperatura de -9 (con sensación térmica de -19) y vientos racheados de 40 kilómetros por hora. No hay un alma por la calle del centro de la ciudad y las únicas que aparecen lo hacen en el trayecto corto de la tienda o del negocio a su coche. O fumando un cigarrillo urgente fuera del bar. Hay que tragar saliva varias veces para entender a lo que se enfrentaron los marineros del pesquero gallego, con su barco a pique , en el ojo de esa misma tormenta, en un mar congelado, entre vientos huracanados y olas de más de cuatro metros de altura.

San Juan de Terranova espera ahora la llegada de los tres supervivientes de esa tragedia, la peor catástrofe marítima en España en cuatro décadas. Se trata de Juan Padín, el patrón del buque; su sobrino, Eduardo Rial; y Samuel Kwesi Koufi, natural de Ghana. Del resto de los 24 marineros del Villa de Pitanxo, se han encontrado nueve cadáveres, mientras que otros doce marineros no habían sido localizados el miércoles por la noche.

El Centro de Coordinación de Rescate en esta región canadiense, que tiene su base en Halifax (Nueva Escocia) ha confirmado las suspensión definitiva de la búsqueda a 450 km ESE Terranova. Los barcos que han rescatado a los 3 supervivientes y recuperado a 9 personas fallecidas se dirigen al puerto de Saint John. Está prevista su llegada mañana a las 11.00 h peninsular española. Según Salvamento Marítimo, el pesquero español Playa Menduiña Dos lleva a 3 personas con vida y 6 cuerpos; el pesquero portugués Franca Morte a 1 cuerpo y el buque Nexus con bandera de Canadá a 2 cuerpos.

«Por desgracia, tras los resultados de una búsqueda exhaustiva por parte de un número significativo de aviones y de barcos durante más de 36 horas y en un área de 900 millas náuticas cuadradas, la búsqueda de los doce pescadores desparaeicos en el Villa de Pitanxo ha sido suspendida», explicaban después las autoridades canadienses, en el punto final de su operación de rescate.

Ante las condiciones del mar en esta región, el continuo oleaje y el temporal persistente, las posibilidades de encontrar supervivientes eran virtualmente imposibles. «No hay mar más frío que este», dice Charles, otro vecino de San Juan, con el puerto de su ciudad de fondo. «Cualquiera que se caiga ahí dura pocos minutos».

En un hotel de ese mismo puerto está alojado el cónsul general de España en Montreal, Luis Antonio Calvo, desplazado hasta San Juan para asistir a los supervivientes y coordinar las labores de autopsia y repatriación de los cadáveres recuperados del mar.

Los tres marineros que han sobrevivido de forma milagrosa a esta tormenta estaban a bordo del pesquero español ‘Playa de Menuiña Dos’, uno de los barcos que faenaban en la zona y que acudieron al rescate cuando los sistemas de alerta automáticos del Villa de Pitanxo dieron señal de aviso. Fueron los marineros de ese barco los que encontraron a los tres supervivientes en uno de los botes salvavidas y está por ver qué medio se utilizará para trasladarlos hasta San Juan antes de su regreso a España.

«Es una desgracia» , dice Ray, uno de los muchos en San Juan que siguen de cerca las noticias sobre el pesquero español. Aquí están acostumbrados a un mar que se vuelve salvaje en invierno y que deja su factura con demasiada frecuencia. «Es duro perder a la gente, familia, amigos, esposas. Es algo que pasa de forma regular aquí, la mayoría de las temporadas tenemos algún suceso trágico. La gente aquí está pensando en esos marineros españoles y en sus familias».