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«Cuando bajas solo a La Restinga, da hasta miedo»

El pueblo pesquero y turístico de El Hierro está vacío desde hace una semana por la erupción submarina

EFE

EFE

«Cuando bajas solo, da hasta miedo». Así ha descrito a Efe el empresario Iñaki Cayón la impresión que ha sentido al regresar a recoger algunos enseres a su negocio en La Restinga, un pueblo pesquero y turístico de El Hierro vacío desde hace una semana, cuando fue evacuado por su cercanía a la erupción.

Este propietario de un negocio de submarinismo es uno de los vecinos que han podido volver hoy durante unos minutos a La Restinga a comprobar el estado de sus propiedades, en una visita apresurada en la que confiesa haber sentido una sensación de abandono "enorme", hasta que han aparecido en el pueblo los medios de comunicación. Las autoridades han permitido hoy a los periodistas recorrer las calles de La Restinga por primera vez desde que el pueblo fue desalojado por su cercanía a la erupción volcánica submarina que se está produciendo a dos kilómetros y medio de sus costas.

Recorridos los seis kilómetros que lo separan del puesto de la Guardia Civil donde se controlan los accesos a la zona de seguridad, La Restinga esperaba a los medios de comunicación con casas y establecimientos cerrados, y algunos vecinos que habían bajado a recoger material de trabajo y enseres personales. La llegada de los periodistas se hizo en medio del silencio de las calles y el rumor de las olas al chocar con levedad contra la costa , aunque el hecho de entrar en grupo impidió sentir las sensaciones que han tenido los vecinos cuando han bajado solos.

Acompañados por efectivos de los distintos cuerpos de seguridad, los informadores permanecieron en el pueblo durante una hora, tiempo en el que recorrieron las calles, hablaron con algunos de los vecinos que habían bajado minutos antes y visitaron el puerto. En el muelle, solo quedan ya nueve pequeñas embarcaciones de pesca y dos lanchas neumáticas, además de una patrullera de la Guardia Civil y algunas gaviotas posadas en las piedras. Los vecinos de este municipio pesquero de El Hierro no pueden regresar a sus casas, de momento, pues así lo aconseja el hecho de que la mancha que ha emergido en el mar tras producirse las erupciones volcánicas ha llegado al pueblo, dicen las autoridades. Los periodistas pudieron comprobar la existencia de algunos peces muertos flotando frente a la escollera, aunque no percibieron el fuerte olor a azufre que llevó a las autoridades a posponer el regreso de la población a sus casas, por las molestias que ocasiona.

Establecimientos comerciales y casas cerradas fue casi todo cuanto se observó durante la visita a un pueblo en el que hoy la pequeña playa estaba vacía y en el que no había niños para columpiarse en el pequeño parque infantil. Fotógrafos, cámaras, redactores y técnicos de sonido se hicieron mutua compañía durante una hora en un pueblo que espera a sus vecinos para recuperar la normalidad que han alterado las erupciones volcánicas submarinas.

Un pueblo que vive de la pesca y de actividades relacionadas con el turismo como el buceo y que desde el 11 de octubre está sumido en la incertidumbre, pues, como insisten los vecinos de La Restinga, no se sabe cuándo podrá comenzar a recuperarse la actividad económica.

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