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El «relato» empieza a fallar a Puigdemont

Llarena, un magistrado insultado, acosado y vilipendiado como pocos antes en democracia, ha empezado a ganar una partida que la indolencia premeditada del Estado le hacía perder por días

Carles Puigdemont durante el mensaje de Fin de Año pronunciado desde Bruselas ABC
Manuel Marín

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La relevancia de la drástica rectificación del Gobierno en defensa del magistrado Pablo Llarena consiste en que, por primera vez en meses, se está consiguiendo revertir el relato victimista y manipulador del separatismo . Hasta ahora, cada campaña de propaganda diseñada por el independentismo ... era un éxito frente a la parálisis de un constitucionalismo fracturado e inmerso en otras prioridades. En un primer momento, el Gobierno de Pedro Sánchez quiso dar una sobrada apariencia de teledirigir el proceso penal para supeditarlo a una estrategia de diálogo con Cataluña. Llarena y su instrucción nunca generaron ninguna simpatía en el PSOE porque realmente llegó a creer que la «solución política» para Cataluña pasaba por minimizar al Tribunal Supremo y vincular la instrucción al anterior Gobierno del PP. Sus palabras, y las del PSC, contra la «judicialización» del golpe de Estado como factor entorpecedor de cualquier solución política, sugerían que la suavización de cualquier acusación por parte de la Fiscalía serviría de moneda de cambio para la estrategia de «apaciguamiento».

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