Pajín admite el fracaso en la lucha contra la violencia machista en un año «horrible»

La ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín , ha calificado de "duro y horrible" el año 2010 en lo referido al número de mujeres asesinadas y ha señalado que "cuando hay más de 70 mujeres víctimas de la violencia machista es, ... evidentemente, un dato espeluznante que golpea a la sociedad y, por supuesto, a los poderes públicos". Así, en declaraciones a la Cadena SER, ha recordado que hace una semana presidió una reunión con todos los que tienen algo que decir, analizar y responder ante esta lacra, a su juicio, "inadmisible en la sociedad española" y ha concretado que "la primera conclusión fue que se tiene en la Ley integral contra la Violencia de Género un buen instrumento para seguir combatiendo esta lacra". Sin embargo, ha apuntado que es necesario recordar "los años de dominación y desigualdad" y que la erradicación de la violencia de género, aunque "se ha avanzado mucho, no será de la noche a la mañana". Además, ha recalcado que le gustaría que la sociedad se quedara con "la fotografía completa, no sólo con la gramática dura y difícil de las mujeres asesinadas". En este sentido, Pajín ha recordado a las 100.000 mujeres que están protegidas y las miles que han salido, a su juicio, de una "espiral tan complicada y tan difícil". "Cada día tenemos que seguir esforzándonos por mejorar los instrumentos de esta ley, lo hicimos en esa reunión y decidimos que merecía la pena hacer estudios por casos, individuales, para conocer mejor los comportamientos de los agresores y de las víctimas y, por tanto, poder responder mejor ante la violencia", ha dicho. Asimismo, ha señalado que se van a seguir implementando medidas con la ley y que en esa reunión se pensó que los brazaletes "parecen un buen mecanismo de protección" y que se habló con el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), presente en la reunión, "para impulsar e incentivar el uso de estos brazaletes". Pajín también ha señalado la necesidad de los protocolos sanitarios porque, en su opinión, "muchas veces los profesionales de la Sanidad son los primeros en detectar casos precoces de violencia".