No está loca, solo tiene odio

No se trató de un arrebato; simplemente sopesó las circunstancias y tomó su decisión. Nadie duda que estaba, y está, cargada de odio. Pero eso no la impidió dar todos los pasos necesarios y madurar durante dos años un plan para acabar con la vida de Carrasco. Es más; su confesión final de que no se arrepiente de lo que hizo echa por tierra buena parte de la estrategia de su abogado defensor, que por momentos se llegó a irritar con ella por las contestaciones que estaba dando.

El lenguaje de los gestos y las emociones, tan importante en un juicio con jurado, tampoco la benefició. Llamó la atención que solo llorase y se le quebrara la voz al recordar las afrentas sufridas por su hija; pero se mostró con una frialdad sobrecogedora cuando contó, con absoluta tranquilidad, el crimen.

Por supuesto, exculpó a Triana de todo lo sucedido, algo lógico porque la relación entre ellas iban más allá de las habituales entre una madre y su hija . E hizo lo mismo con Raquel Gago, otro movimiento que era de esperar porque trata de echar por tierra la versión del fiscal del caso y las acusaciones particulares y popular, que sostienen que hubo entre las tres un plan perfectamente coordinado para acabar con la vida de la que era la mujer más poderosa de León.

Hoy está previsto que declaren Triana y la policía local. Ambas tendrán que dar muchas explicaciones, aunque la primera podría optar por una estrategia como la de su madre, que es responder solo a las preguntas de su defensa. Aunque es perfectamente legal, lo cierto es que a los ojos de un jurado este tipo de decisiones restan credibilidad a los testimonios.

Raquel Gago, por su parte, es más probable que sí responda a todas las partes, porque es en este trámite cuando debe transmitir credibilidad a su testimonio. De las tres, es la que se encuentra en una mejor situación, sobre todo porque sabe que su amiga Triana tampoco va a involucrarla en los hechos, y tiene una buena oportunidad para convencer a los nueve miembros del jurado de que en efecto, su extrañísimo comportamiento el día del crimen y las 30 horas siguientes a él fue debido a que sufrió un shock que la impidió reaccionar.