La «nación» catalana, en el ADN del PSOE

Con esta polémica encima de la mesa del PSOE, que complica a Pedro Sánchez internamente, ayer, Salvador Illa , secretario de Organización del PSC-PSOE recordó que los socialistas catalanes vienen defendiendo, desde «su fundación», que Cataluña es «una nación» y que, por lo tanto, no hay «novedad» que en el documento marco del próximo congreso del PSC se mantenga la reivindicación del concepto nacional para Cataluña.

En este sentido, Illa hizo referencia a la Declaración de Barcelona, firmada por Sánchez e Iceta en 2017, y que rubricaba un acuerdo entre la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE y la Comisión Ejecutiva del PSC-PSOE, en la que se indica con claridad que ambos partidos defienden el concepto de nación para Cataluña y apuestan por la «plurinacionalidad» para definir a España. Desde este punto de vista, la Declaración de Barcelona fue mucho más allá que la Declaración de Granada (2013), donde el PSOE no pasó de reivindicar España como «un Estado plural y descentralizado» y dejó fijado que era la única «nación».

Este lunes, para intentar rebajar la polémica, Illa, preguntado por los periodistas en rueda de prensa, quiso dejar claro que el PSC-PSOE pese a mantener su posición sobre «la identidad nacional», que vinculó a los sentimientos, «no significa que creamos que [Cataluña] tiene que ser ni una nación independiente ni un Estado».

Ayer no hubo reacción en el PSOE, pero cabe recordar que Sánchez ganó las primarias (2017) con el planteamiento de reconocer la plurinacionalidad, que plasmó poco después en la Declaración de Barcelona. Sin embargo, ya antes, en el 39 Congreso Federal del PSOE, que consumó la toma de control del partido por parte de Sánchez tras las primarias, este punto también quedó impreso negro sobre blanco en el ideario socialista.

La resolución que aprobó ese cónclave manifiesta que «manteniendo que la soberanía reside en el conjunto del pueblo español, debe perfeccionar el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado apuntado en el artículo 2 de la Constitución».

Ese es el posicionamiento supremo del PSOE a nivel programático, aunque otra cosa es la realidad política y la escala de prioridades, donde este punto concreto ha sido postergado e incluso desvirtuado. La escalada de la vía unilateral independentista obligó a Sánchez a un cambio de registro.

En la reciente campaña electoral, en la búsqueda (sin éxito) de la centralidad, el PSOE no incluyó inicialmente en su programa estas referencias. Pero la incomodidad y la presión del PSC-PSOE surtieron efecto, por lo que, finalmente, se incluyeron las referencias a Granada y Barcelona.