Los «liberados» del Vizcaya, Goikoetxea y Martitegi, cometieron el atentado de Calahorra

En el caso de Goikoetxea ha sido el marcado acento nasal de su voz lo que le ha delatado como autor de la llamada telefónica que el pasado viernes alertó a la DYA del coche bomba. Aunque este ha sido el rasgo que ha servido para identificarlo, el criminal, que tiene un amplio historial en ETA -como con anterioridad en la «kale borroka»-, posee otros señales características: una cicatriz en el labio superior y le faltan dedos de una mano por la explosión de un artefacto casero.

Media hora antes de que se cometiera el atentado terrorista, Goikoetxea llamó a la DYA de Vizcaya. En castellano -con tono tranquilo y expresión clara-, comunicó al telefonista el modelo y color del vehículo, y la hora que habían previsto para la explosión. Antes de colgar el teléfono, preguntó al operario si le había entendido. Éste, para asegurarse, le pidió que repitiera el mensaje. Y con la misma calma, el etarra repitió las indicaciones, pero añadió que se trataba de una potente bomba y advirtió de que se dieran prisa. El terrorista se despidió con un grito: «Gora euskal herria askatu».

El segundo identificado es Jurden Martitegi. Las Fuerzas de Seguridad le consideran autor material de la colocación del coche bomba. Su imagen la recogieron las cámaras de seguridad del cuartel de la Guardia Civil en el momento en que salía del vehículo. Los análisis antropométricos concluyen que los rasgos físicos de este individuo guardan parentesco con los de Martitegi. Uno de los más definidores, su altura.

Además de por los dos «liberados», las Fuerzas de Seguridad creen que el «comando» estaba formado por otros dos etarras, pero «legales», y que serían los que mantuvieron secuestrados a los propietarios del Honda Civic que habían sustraído en la provincia de Álava para cometer el atentado.

Siempre grabados

El «Vizcaya», «comando» al que pertenecen los dos identificados, es el que más acciones terroristas ha cometido desde la ruptura de la tregua. Así, a Goikoetxea y Martitegi se les atribuye el atentado perpetrado el 25 de septiembre de 2007 contra la Comisaría de la Ertzaintza de Zarauz. Las cámaras recogieron el momento en que Goikoetxea saltaba la tapia de la dependencia policial. También fueron grabados por el vídeo de seguridad del Juzgado de Guecho (Vizcaya) cuando atentaron contra esta instalación judicial el 11 de noviembre de 2007. Ambos habrían participado igualmente en la colocación de la furgoneta bomba con la que el 24 de agosto ETA atentó contra el cuartel de la Guardia Civil de Durango.

Pese haber sido grabados en varias ocasiones, los dos criminales no han huido a Francia, aunque en noviembre del año pasado se planteó esta posibilidad. Fue el 27 de ese mes cuando dos individuos robaron una furgoneta en Elgóibar que fue abandonada con las puertas abiertas en el paso fronterizo de Behobia, en territorio francés. Su dueño la recuperó y luego presentó una denuncia, lo que llevó a la Ertzaintza a examinarlo. Las huellas de los dos etarras fueron detectadas. Este episodio hizo suponer que los criminales podrían haber huido a Francia. Días antes también fueron descubiertas las huellas de ambos en una furgoneta que habían alquilado en Ermua (Vizcaya) con documentación falsa. Aunque en algunas ocasiones han ido encapuchados, los dos etarras han dejado pistas en todos sus atentados.