«Recibimos 25 millones y nos descontaron 10 por las prestaciones sanitarias»

José Luque y su esposa Lourdes compraron dos garrafas de aceite de colza tóxico en Valladolid, en 1981, durante una visita a la familia. Ella tiene hoy el hígado y los pulmones destrozados

«Recibimos 25 millones y nos descontaron 10 por las prestaciones sanitarias» ROCÍO RUZ

MIRIAM SÁNCHEZ

José Luque , de 59 años, recuerda que habían comprado el aceite de colza en un pequeño pueblo vallisoletano, Pollos . Aunque residían en Dos Hermanas, esos fatídicos días se encontraban visitando a la familia de Lourdes Zurdo , su esposa, en la ... localidad sevillana. Compraron dos garrafas del aceite tóxico, al igual que su suegra, también afectada, a un hombre que lo vendía en una furgoneta, porque resultaba un poco más barato .

Lourdes estuvo 15 días en coma y ahora tiene el hígado y los pulmones destrozados

Lourdes ingresó enferma el 25 de mayo de 1981, en Valladolid . Los primeros síntomas fueron asfixia y dificultad al respirar. Comenzó con dolores de garganta, y seguidamente le afectó al hígado. El médico del lugar le diagnosticó anginas , pero su marido sospechó que esto no era así: «Cuando llegó al hospital, llegó medio muerta». Su mujer estuvo 15 días en coma en la UVI . Afortunadamente, se recuperó, pero, como consecuencia de ello, tiene el hígado y los pulmones destrozados, y no tiene fuerza en las piernas. «Camina con dificultad, y ahora van a tener que operarla de una pierna», comenta José.

«Lo más duro fue cuando veía que mi mujer se moría, y mis hijos, que eran muy pequeños. En aquel entonces, uno tenía dos años y el otro, uno. Fueron días difíciles y una experiencia traumática. Los médicos se echaban las manos a la cabeza, la gente se moría como conejos», comenta, afectado, el marido de Lourdes.

El hospital de Valladolid, desbordado

«Los compañeros de habitación de mi mujer fallecían todos los días -continúa José-. El hospital de Valladolid estaba desbordado. Los acompañantes tenían que ponerse mascarilla, aunque yo nunca me la puse. Cuando pasaban los intoxicados, el resto de los enfermos se quitaban de en medio ».

Entre mayo y junio de 1981, existió una psicosis ante la posibilidad de contagio

Entre mayo y junio de 1981, todo el mundo tenía psicosis por la posibilidad del contagio. No se sabía nada. « Al principio nadie sabía que el culpable era el aceite, se lo achacaban a cualquier cosa , como fresas, tomate o, incluso, a los americanos», asegura.

Poco después de enfermar, Lourdes se quedó embarazada. Su hijo fue reconocido como el último afectado por la Oficina del Síndrome Tóxico , pero no apareció en la sentencia de la Audiencia Nacional . Pero el niño terminó naciendo sin dificultad y ahora está sano.

Huelga de hambre

José también se vio perjudicado, pero levemente. Estuvo en huelga de hambre un mes. También pasó un mes en el palacio de la Zarzuela acampado y un par de veces frente la Moncloa . Y lo hizo solo, sin tener el apoyo de su mujer, que no compartía sus métodos. Casi le cuesta un divorcio. « Con el tema de las indemnizaciones hicieron con los afectados lo que les dio la gana », apunta indignado el sevillano.

«Nos dieron 25 millones y nos descontaron 10 por prestaciones sanitarias anteriores»

«Nosotros solicitamos 40 millones de pesetas a la Audiencia Nacional. Finalmente nos dieron 25, de los cuales nos descontaron 10 en concepto de prestaciones sanitarias anteriores . A todos los afectados les pasó».

José reclama ahora los intereses «por no haberme pagado en su debido tiempo ». Lo hicieron en 2008.

Vivienda embargada

El sevillano comenta que los bancos ofrecieron a los perjudicados por el síndrome tóxico créditos por el 70% del importe de la indemnización nada más emitirse la sentencia. José y su mujer aceptaron uno y compraron una casa, pero al recibir el dinero más tarde, les embargaron el inmueble. «Los abogados abusaron de nosotros. Y los bancos. Todos han ido a sacarnos dinero», asevera José.

A su mujer le concedieron la invalidez absoluta . José se lamenta: «No recibimos ayuda psicológica. Nos trataron mal, y ella tiene una depresión muy grande». Solicitó recientemente la ayuda por la Ley de Dependencia, pero su petición fue desestimada . Actualmente reciben una pensión de 200 euros , pero no es suficiente. Él está sin trabajo. «Esto no está terminado. Yo lo que quiero es olvidar, pero así no se puede», asegura.

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