Ganar sin estar
La decisión de Javier Arenas de no acudir al debate electoral en Canal Sur ha provocado opiniones enfrentadas. Algunas voces sostienen que tendría que haber asistido para denunciar, sobre el terreno, la falta de objetividad de la televisión pública andaluza y aprovechar ... los focos de las cámaras para criticar los excesos de tres décadas de socialismo.
La ausencia de Arenas en el debate se convirtió en un alegato a favor del pluralismo democrático
Es una opinión muy respetable que se fundamenta en un argumento de oportunidad electoral, pero que yo no comparto. El candidato del PP a la presidencia de la Junta de Andalucía fue –sin estar presente– el auténtico vencedor del debate, pues su ausencia llevaba implícita una profunda carga de reproche moral ante la flagrante violación de las más elementales reglas del juego.
No asistiendo, Arenas hizo que su ausencia planeara sobre un debate, tedioso, por más señas, entre Griñán y Valderas , epítomes de un régimen marcado por la decadencia democrática. La figura ausente del presidente del PP de Andalucía se convirtió en un alegato a favor del pluralismo que debe imperar en las sociedades abiertas. No estuvo en Canal Sur y su no presencia –la silla vacía– se convirtió en un símbolo de rebeldía ética. Un gesto que vale más que mil palabras.
Jaime González es redactor jefe de Opinión.
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