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ANÁLISIS

El voto no ideológico aún respira

Nadie en su sano juicio creerá que Savater es un fascista por hacer público que, esta vez, elegirá a la derecha

La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata a la reelección, Isabel Díaz Ayuso, durante un acto de campaña, a 23 de abril de 2021, en Pozuelo de Alarcón, EP
Isabel Gutiérrez Rico

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Ayer desayunábamos con que Fernando Savater votará a Ayuso. Nadie en su sano juicio creerá que Savater es un fascista por hacer público que, esta vez, elegirá a la derecha, como tampoco lo es Andrés Trapiello, quien ha escrito en Twitter «Savater admirable una ... vez más» . Ni mucho menos Leguina o Redondo Terreros, exdirigentes socialistas que reconocen «su servicio [de Ayuso] a los demás». Pero el entendimiento es lo que verdaderamente escasea en una campaña que es más una ensalada de verborrea tóxica y en la que, tras años de creciente sectarismo, señalar con la sobadísima palabra ‘fascista’ a quien se sitúa a la derecha del PSOE, si antaño causaba pavor, ahora provoca el mismo efecto que si te condenan por ser, por ejemplo, ‘taxidermista’. Nada.

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