Interior no quiere enfrentamientos en la calle, pero actuará «si es necesario»

En el Ministerio del Interior preocupa sobre todo que las manifestaciones deriven en un desafío, y que ante una situación como esa se pueda dar la imagen de «inacción de las Fuerzas de Seguridad». Por supuesto, «nadie quiere regalar la fotografía de enfrentamientos en las calles que alguno busca para que termine de prender la chispa de la crispación, pero si es necesario se responderá: con flexibilidad y proporcionalidad, como siempre, pero también con firmeza, si es el caso».

Las fuentes consultadas detectan un clima de «polarización y tensión política que no beneficia en nada la actuación de las Fuerzas de Seguridad cuando además cada vez hay más gente en las calles... En ningún caso se va a sancionar por salir a la calle con una bandera o una cacerola... Pero la crisis sanitaria sigue y la obligación de la Policía es hacer cumplir las normas».

Los analistas sostienen además que «a medida que avance la desescalada caerá la movilización ; primero porque se reducirá la tensión social, y segundo porque en general el ciudadano prefiere ir a tomar una cerveza a una terraza que manifestarse». Eso sí, hasta el domingo la semana puede hacerse muy larga en Madrid, como reconocen todas las fuentes consultadas por ABC. «Y en otras capitales, por imitación, también», añaden. Ahora bien, «a medida que los distintos territorios superen las fases de desescalada esas protestas tendrán más que ver con cuestiones laborales».

La Orden de Servicio de la Guardia Civil para esta etapa, de la que informó ABC, recogía entre los escenarios posibles los dos citados: «Protestas en aquellas áreas geográficas que se consideren marginadas por la aplicación asimétrica de las medidas de confinamiento» y «protestas o alteraciones de orden público protagonizadas por afectados por un ERTE o despidos».

Las fuentes consultadas consideran que los momentos más delicados se vivirán en junio -en menor medida- y a partir de septiembre en función de cómo evolucione la situación de los millones de personas que están incluidas en los ERTE. Julio y agosto serían un «impasse» provocado por el periodo vacacional. En estas previsibles movilizaciones sí que es más probable que puedan producirse incidentes de cierta entidad provocados por la desesperación de personas por su situación económica.

Mientras llega ese momento, Interior da pautas a los agentes sobre cómo actuar. El pasado viernes, el ministro Fernando Grande-Marlaska, dictó una instrucción , a la que ha tenido acceso ABC, con los criterios de actuación para «la transición hacia una nueva normalidad», llamativa por un aspecto. Los destinatarios son las Fuerzas de Seguridad del Estado; los cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas y de las Corporaciones Locales. Pero menos de 24 horas después, el presidente Pedro Sánchez informó de que solo Sanidad mantendrá competencias sobre las autonomías , mientras que Interior, Defensa y Transportes perderán las facultades excepcionales. La orden de Marlaska, por tanto, no afectaría a policías autonómicas ni locales. Curiosamente, establece como plazo de vigencia lo que dure el estado de alarma y sus prórrogas.

La instrucción ordena a los agentes que sigan «vigilando por el puntual y estricto cumplimiento de las medidas limitativas a la libertad de circulación de las personas» , en los territorios que continúan en fase 0 y que velen porque se respeten las franjas horarias, normas y criterios de quienes salgan a pasear o practicar deporte en esas mismas zonas.

Con respecto a los que ya han entrado en fase 1 también se ordena que se vele por el «estricto cumplimiento y respeto de las medidas de seguridad e higiene» en lo que se refiere a la distancia mínima de dos metros y a la «etiqueta respiratoria».

Fuentes policiales destacan la aparente contradicción entre esta norma donde se habla de cumplimiento «estricto» y las órdenes verbales donde se pide «flexibilidad» a la hora de controlar concentraciones como las que se están produciendo en varios puntos de España. Las propuestas de sanción, que siguen disminuyendo, son un ejemplo de esta contradicción. El domingo en Madrid la Policía Nacional impuso 662 multas. «No se incumple menos, la razón de este descenso es la falta de respaldo y el temor a una utilización política de sus actuaciones» , explican las fuentes.

En el ámbito de la delincuencia, mientras tanto, los analistas prevén que la tasa de criminalidad, que ha tenido una importante bajada por el estado de alarma, se irá recuperando a medida que avance la desescalada hasta alcanzar los niveles previos al mismo, e incluso superarlos por el previsible impacto de la crisis económica.