ETA intentó matar a Manglano en 1984

Una nota «secreta» y «urgente» le alertó de que «dos chicas» le estaban vigilando cerca de su casa

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Dos miembros de la banda terrorista ETA realizaron seguimientos al director del Cesid, Emilio Alonso Manglano , en 1984 con el intención de atentar contra él en el entorno de su domicilio, según consta en un documento «secreto» que un confidente destacado en el ... sur de Francia envió al Centro con carácter «urgente» ante la posibilidad de que se produjera un atentado inminente.

Se trata de un folio fechado el 8 de marzo, escrito a máquina por una sola cara y titulado con un asunto genérico: «Información sobre ETA» . En él, el confidente alerta de que «el general contra el que ETA-m trató de atentar, y que es muy amigo del ministro señor Serra, es el general Manglano» y precisa que «la vigilancia está realizándose por dos chicas jóvenes, que frecuentan bares vascos de la carretera de La Coruña a la salida de Madrid» . Efectivamente, en esa época el domicilio familiar de Manglano estaba en la calle Doménico Scarlatti, situada en el barrio de Moncloa y donde nace la citada carretera.

Esta información tiene su origen en una conversación «mucho más extensa» que el espía mantiene en el sur de Francia y en la que «se trataron otros temas». Sin embargo, el «alto grado de exactitud» de las revelaciones sobre Manglano llevó al confidente a enviar esa comunicación con carácter «de urgencia»: «La nota goza de gran verosimilitud».

Cuando Manglano fue nombrado director del Cesid en 1981, el ministro de Defensa Alberto Oliart le hizo tres encargos: el primero, nodernizar el servicio de inteligencia; el segundo, controlar el ruido de sables, los movimientos involucionistas que permanecían en las Fuerzas Armadas después del fallido golpe de Estado del 23 de febrero; y el tecero, profundizar en la lucha contra el terrorismo, con especial atención a ETA.

Es por ello que Manglano era un objetivo muy ambicioso para la banda terrorista: asesinarle suponía acabar en un único movimiento con el jefe de los servicios de inteligencia, que cada vez estrechaban más el cerco sobre ETA, y con un teniente coronel del Ejército. Dos por uno.

Desde su nombramiento, Manglano trató de labrarse una buena red de informadores sobre la realidad vasca. Además de la actividad antiterrorista propia de los servicios de inteligencia, el director del CESID también se preocupó por encontrar argumentos políticos para contrarrestar la base ideológica en que se apoyan los etarras.

De hecho, según consta en el archivo secreto de Manglano, el presidente del Gobierno, Felipe González, le llegó a encargar en una ocasión que hiciera de intermediario con el lendakari, Carlos Garaikoetxea, para trasladarle mensajes de contenido político. Manglano cumplió la orden, siempre desde la discreción propia de quien se mueve entre las bambalinas del poder.

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