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El foco de la OTAN en el este y el miedo al descontrol migratorio aceleraron el giro de Sánchez

El Gobierno asegura que Argelia estaba advertida y no espera problemas con el suministro de gas hacia nuestro país

Los movimientos de Estados Unidos, Francia y Alemania arrastraron al Gobierno para no quedar aislado ante futuras presiones de Marruecos

Pedro Sánchez junto a Mohamed VI en su visita a Rabat en 2018 EFE
Víctor Ruiz de Almirón

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El Gobierno trabajaba desde hace meses en el restablecimiento de las relaciones con Marruecos. Todos los gestos, relevo en el ministerio de Asuntos Exteriores incluido, o la implicación con algunos mensajes públicos de Felipe VI, algo de lo que este Gobierno siempre recela, no fueron ... suficientes. La corrección en la posición de España sobre el Sahara Occidental ha sido el peaje definitivo y duradero, al menos así lo cree el Gobierno, para dotar de estabilidad la relación con Rabat . La gran preocupación del Gobierno es el control de los flujos migratorios sobre Ceuta, Melilla y las Islas Canarias. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, aseguró ayer que en Marruecos «se comprometen a colaborar contra las mafias de trata de personas, contra la inmigración ilegal». Preocupaba también la reivindicación de Rabat sobre esos tres territorios. Aunque en los distintos comunicados emitidos el viernes no hacen mención expresa a los mismos, el Gobierno apunta a ello, y al Sahara como contrapartida, cuando se refiere a la «integridad territorial».

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