Un falso abogado de Granada regularizó a 140 extranjeros con bodas de conveniencia

Las llamadas de alerta empezaron hace años cuando varios colectivos entre ellos abogados profesionales detectaron el posible intrusismo de un hombre de edad avanzada que se hacía pasar por abogado y que se dedicaba a concertar matrimonios y parejas de hecho. Dichos enlaces tenían lugar entre españoles de origen o nacionalizados y un extranjero o extranjera en situación irregular, bajo la apariencia de matrimonio o análoga relación de afectividad. El fin conseguir un permiso ventajoso de residencia como familiar de un ciudadano de la Unión Europea y, por tanto, beneficiario del derecho comunitario.

La actividad de este individuo, muy conocido en los registros de la administración central y autonómica, le llevó incluso a desplazarse hasta el Registro Civil Central de Madrid para inscribir matrimonios de españoles celebrados en el extranjero y nacimientos de hijos de españoles. Durante una década ha funcionado con la misma actividad.

El presunto autor, siempre bien vestido y sirviéndose de una buena dosis de labia y habilidad para las relaciones sociales, concertaba entrevistas con sus potenciales representados, siempre extranjeros en situación irregular, en sitios que no llamaban la atención como cafeterías o plazas públicas, para evitar ser localizado y señalado por la utilización de una oficina física. No obstante, este hecho no fue obstáculo para que en el período de diez años consiguiera dar trámite al menos a 140 expedientes de regularización . En algunos él mismo era el falso testigo. Los agentes han hallado documentación que lo acredita en el registro de su casa, situada en una barriada acomodada de la zona sur de Granada capital.

Tras descubrirse la trama, la Policía ha detenido también a los participantes en uno de los últimos enlaces concertados: los contrayentes y los testigos de una boda civil celebrada el pasado mes de diciembre. La pareja estaba constituida por una mujer de nacionalidad dominicana y 52 años de edad, sin antecedentes policiales previos y un nacional español de 60 años con antecedentes policiales. Por su parte, los testigos fueron un nacional español, de 39 años, con antecedentes policiales y sobrino del contrayente, junto con una dominicana de 55 años, naturalizada española y hermana de la mujer que contrajo nupcias.