Un vigilante del parque donde desaparecieron Ruth y José dice no haberles visto pisar con su padre el recinto

Según la declaración de José Bretón, los niños iban un poco por delante de él ese mediodía del día 8 de octubre cuando, de repente, se extraviaron. La desaparición sin rastro e inmediata de un niño pequeño, de 2 años y “con dificultades para andar mucho tiempo” , suscitó las sospechas de la Policía, que también encontró contradicciones en las versiones del padre de los pequeños.

El vigilante del Parque afirmó al programa “Mirada reservada. El secreto de José Bretón” que nunca vio entrar ni a éste ni a sus hijos el sábado 8 de octubre y que le “extrañaba” ese testimonio dado a la Policía, a la madre de los niños, Ruth Ortiz , y a la ciudadanía en general –por el eco mediático que ha tenido el caso- porque esos días no “pisaron” el recinto del parque .

En el espacio catódico (que emitió Antena 3 a través de su “equipo de investigación” el pasado octubre) se puso mucho énfasis en otro documento: el informe psiquiátrico elaborado a petición del juez que instruye el caso del estado de José Bretón . El magistrado prorrogó este pasado mes de enero el secreto de sumario , y solo levantó parcialmente este análisis, que habla de Bretón como un hombre con un coeficiente intelectual de 121, un poco por encima de la media, listo, sin trastornos de personalidad, y “manipulador”, eso sí, hasta un extremo de no matar, pero sí de tener retenidos a los niños. Esto es algo en lo que cree a pies juntillas la madre , Ruth Ortiz, y expareja de este militar en Bosnia, que si primero rehusó aparecer en los medios por condescendencia a la investigación, luego se ha revelado en varias manifestaciones de recuerdo a sus hijos apuntado a su exmarido como el “responsable” del extravío de sus hijos.

Además, en el especial de Telecinco se indicaba también cómo la familia materna está convencida de que el ala paterna “conoce” y “encubre” lo que hizo Bretón con los niños, hasta el punto de que han “empapelado con carteles de búsqueda de los menores” las viviendas anexas a la residencia de los padres de Bretón. Cabe recordar que en la finca de los abuelos paternos, ubicada en las Quintanillas de Córdoba, los agentes han buscado en varias ocasiones la pista de los niños , incluso sus restos, ya que el reguero de llamadas móviles realizados por Bretón en las horas posteriores a la supuesta pérdida de sus hijos tienen como epicentro esta finca.

Una llamada al móvil, la que Bretón hizo a su ex Ruth, momentos después de haber “perdido” a sus hijos y que Ruth no cogió porque tenía el “móvil en silencio”, según declara Esther Chaves en este programa televisivo, es la que ahora le quema por dentro. Cuando, tras ser alertada por la Policía del suceso, finalmente llamó de nuevo Bretón y le comunicó lo que había acontencido, “a Ruth se le vino el mundo encima, porque era el padre de sus hijos el que le comunicaba que los pequeños ya no volverían a casa” , afirma Chaves.

Desde el 9 de octubre de 2011, este caso es declarado “de alto riesgo” y continúa sin resolver.