España busca no tensar más la crisis y Rabat ve una «ruptura completa»

Desde el Gobierno español se entiende que se está al tanto de los pormenores de la crisis y, por tanto, no hay necesidad de realizar un gesto , como el realizado por Marruecos con la embajadora Karima Benyaich , quien se encuentra en su país.

Uno de los enigmas de esta crisis, tal y como informó ayer ABC, es la comunicación existente entre España y Marruecos. Desde el Ministerio de Exteriores español y la Oficina de Información Diplomática se remiten a las palabras de la ministra Arancha González Laya, quien ayer se encontraba en Ecuador junto al Rey en el traspaso presidencial.

En una entrevista con RNE González Laya reconoció tener contactos «de manera discreta» con el país vecino y, se entiende, el departamento que dirige Nasser Bourita. Sin embargo, desde Rabat se niega ese punto y se habla sin ambages de «ruptura completa», según se reconoce a ABC.

«Desde que estalló la crisis nunca ha habido un contacto con Laya ni con el embajador de España. La crisis diplomática estalló cuándo Marruecos reveló la entrada de Ghali al territorio español con una falsa identidad, antes las relaciones con el Gobierno de coalición eran frías», insisten las fuentes.

Desde Marruecos se tiene la impresión de que esta crisis puede dañar veinte años de cooperación mutua y amistad , en el plano de la inmigración –con sus tiras y aflojas– y en la lucha contra el terrorismo de corte yihadista.

El ministro de Exteriores marroquí trata ahora de desvincular esta crisis del entorno europeo y enmarcarla únicamente a sus relaciones con España: «Marruecos está satisfecho con su relación con la UE. Marruecos no tiene ningún problema con la UE. Marruecos tiene un problema con España y en relación con un tema particular creado por España sin implicar a Europa. Y creo que depende de España resolver este problema, ¿y es España la que debe investigar primero cómo entró este señor? ¿Por qué cambiaron su pasaporte? ¿Por qué cambiaron su identidad? Y ¿por qué se desactivó la justicia en relación con los crímenes abyectos que cometió?».

Desde Bruselas el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aseguró que la llegada masivas de inmigrantes a Ceuta la semana pasada ha desencadenado una «crisis sin precedentes entre la Unión Europea y Marruecos». Sánchez, que acudió a la reunión extraordinaria convocada por el Consejo Europeo, dio una breve declaración ante las cámaras donde agradecía el apoyo que las instituciones de la Unión Europea estaban dando a España en el marco de la «crisis». El presidente español recordó a Rabat que «no hay mejor ni mayor aliado dentro de la UE que España».

En la misma línea se expresó el Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell. En una entrevista en Onda Cero, el exministro socialista apuntó que Marruecos es receptor de fondos europeos desde hace años para ayudar a mejorar y desarrollar su economía. Borrell sostuvo que gran parte de la labor de la UE es evitar que las crisis vayan a peor, aunque « hay algunas ayudas que están condicionadas por los comportamientos de los países» , aseguró el alto representante. Además, declaró su contrariedad a «interferir en lo que haga el Gobierno español con el señor Ghali».

Los apoyos que ha recibido España en esta crisis diplomática que se tornó en migratoria la semana pasada, no solo han sido desde Bruselas.

El secretario de Estado de Asuntos Europeos de Francia, Clement Beaune, en una entrevista para la cadena BFMTV describió como «europeo» el fenómeno migratorio y dijo «apoyar» a España tras un «episodio específico» con Marruecos que atribuye a una «tensión diplomática» entre los dos países vecinos. La migración, ha declarado, «es un problema europeo», En un primer momento, el Gobierno galo evitó criticar a Marruecos y Beaune, abogó por la «reanudación de la cooperación» con el reino alauí. Sí reconoció, no obstante, que hubo un «episodio» donde «España fue puesta en una situación difícil» . Pero tras el «pico» de llegadas y las «imágenes desgarradoras» de Ceuta, Francia mostró su apoyo a España, y Beaune pidió una mejor gestión de fronteras y, en general, por «una política migratoria más europea».