PRIMER PLANO

Soraya Sáenz de Santamaría: «El mito de Rubalcaba ha caído»

«Mientras Zapatero se aferra al poder, pierden los españoles»

Soraya Sáenz de Santamaría: «El mito de Rubalcaba ha caído» ANGEL DE ANTONIO

MARIANO CALLEJA

El debate sobre el estado de la Nación ha terminado hace apenas una hora, y en la mesa del despacho de Soraya Sáenz de Santamaría se amontonan los informes, las leyes, las notas, los números... todas las armas utilizadas que ahora reposan aún calientes tras ... la batalla. Han sido tres días frenéticos, con pocas horas de sueño (no se ha acostado ningún día antes de la una), pero en la cara de la portavoz del Grupo Popular hay satisfacción por el resultado. Entre las montañas de papeles aparece un platito con galletas «María», las de toda la vida, que nunca faltan para reponer fuerzas, asegura. Ofrece una: «Es lo que tengo para ofrecer cuando tengo invitados. Antes tenía surtido, pero la austeridad se impone». Lleva su embarazo con total discreción y rechaza hacerse una foto al estilo «premamá». La separación de su vida privada y la pública es tajante. Queda claro.

—¿Cómo podría convencerme de que Mariano Rajoy ha ganado el debate sobre el estado de la Nación a José Luis Rodríguez Zapatero?

—Lo importante de este debate es convencer con tus argumentos, y Mariano Rajoy ha convencido de que España puede salir de la crisis, que el PP y él saben cómo hacerlo, y esa es la forma de ganar un debate, y especialmente de que ganemos todos, de que España recupere la confianza. El problema es que mientras Zapatero se empeñe en seguir aferrado al mandato de presidente del Gobierno perdemos todos los españoles, porque se está demorando esa confianza que es necesaria para salir de la crisis.

—Inténtelo de nuevo.

—Rajoy ha ganado el debate. Lo ha ganado sobradamente, y ha trasladado a los españoles que el PP tiene una alternativa, que no hay motivos para desesperarse del todo, que cuando haya un cambio de Gobierno cambiará la situación del país, en la forma de gobernar y hacer políticas.

—Después de escuchar a Zapatero, sobre todo su despedida tan sentida, ¿cree que habrá elecciones en otoño o agotará la legislatura?

—Lo que ha quedado demostrado es que no hay Gobierno que gobierne ni presidente que presida. Y un país donde no hay un gobierno, donde no hay un proyecto, donde el presidente es incapaz de trasladar una sola idea nueva para ocupar su tiempo, lo más sensato, lo mejor que podía hacer pensando en el bien de España y también en cómo lo va a tratar la historia sería convocar unas elecciones cuanto antes. Esto es una agonía para la inmensa mayoría de los españoles. La situación de un país de cinco millones de parados no admite demora.

—Después de escuchar a Zapatero no parece que esté por la labor.

—Él ha dicho que se va, pero no ha dicho cuándo. No sabemos el calendario que tiene en la cabeza. Ha sometido al país a una nueva incertidumbre. El debate ha sido la despedida y cierre de Zapatero, y los cierres tienen que llegar unidos a la fijación de una fecha de elecciones.

—Muchos echaron de menos más propuestas en el discurso de Mariano Rajoy. ¿Por qué no las presenta? ¿Prefiere no arriesgar?

—El presidente Mariano Rajoy se subió a la tribuna con tres de las leyes más importantes que primero piensa poner en marcha en un futuro Gobierno. Una de ellas es clave: la ley de apoyo a los emprendedores. Hemos hecho una ley completa que busca crear empresas en 24 horas. A la gente que se atreve a montar su negocio por su cuenta, hay que ponerle alfombra roja, no trabas administrativas. En esta legislatura hemos presentado más de 100 leyes y más de 1.000 proposiciones no de ley. El PSOE no nos ha apoyado la inmensa mayoría de ellas, algunas las ha vetado directamente.

—¿Existe una fórmula mágica para acabar con el problema del paro y sólo la conoce el PP?

—Yo recuerdo cuando Felipe González decía que el paro era un problema estructural en España. Había un paro del 23 por ciento. Se decía que el paro no tenía solución, era nuestra desgracia y nuestro destino. Fue un Gobierno del PP el que, con mucho esfuerzo, apoyó a los emprendedores para que se creara empleo, y se crearon cinco millones de puestos de trabajo. Puede hacerse. El PP está dispuesto a hacer ese esfuerzo, con mucho trabajo hay que poner en marcha un plan global contra la crisis que aborde muchos ámbitos.

—En una crisis tan dura como ésta, el Gobierno siempre lamenta la falta de respaldo que ha tenido de la oposición. Les acusan de ser irresponsables en momentos críticos.

—El PP ha apoyado el 65 por ciento de los proyectos y propuestas del PSOE o del Gobierno en el Congreso esta legislatura. Hemos apoyado mucho, pero no podemos acompañar en sus errores a Zapatero. Además, una persona que rectifica tanto, ¿cuándo hay que apoyarle, cuando se equivoca por primera vez, o cuando vuelve otra vez a equivocarse rectificando?

—¿Qué le preocupa más, la prima de riesgo o la permanencia de un Gobierno agotado?

—Está ligado. Zapatero y el PSOE se han convertido en la prima de riesgo de nuestro país. La debilidad del Gobierno computa en la prima de riesgo, el agotamiento de su proyecto, también.

—¿Rubalcaba debería irse «ya» del Gobierno, como le ha aconsejado Felipe González?

—Debería haberse ido hace tiempo. Yo ya se lo he pedido varias veces en el Congreso. Primero porque su posición es incompatible, no puede ser ministro del Interior y estar ya organizando las elecciones generales en las que va a ser candidato del PSOE. Debe hacerlo porque está dejando de cumplir sus obligaciones como vicepresidente primero. El ejemplo más claro: no hay coordinación, no hay impulso, y ha sido incapaz de gestionar una crisis como la del pepino. El vicepresidente, el ministro y el portavoz son cargos que requieren dedicación absoluta al servicio de los ciudadanos. Y él está más bien a sus propios intereses en el PSOE.

—Rubalcaba partía como alguien capaz de la remontada, pero el 22-M ha desinflado las expectativas. ¿Le ha decepcionado como candidato?

—Se ha caído el mito. Él se movía bien en un segundo plano, aparecía y desaparecía cuando le convenía. Pero el primer plano exige liderazgo, y exige claridad de ideas. Yo no le he oído ni una sola idea original y propia en el tiempo que lleva como candidato, y estamos viendo al peor Rubalcaba, que probablemente es el que es. Y creo que tanto los ajenos como los propios se han decepcionado con Alfredo Pérez Rubalcaba.

—¿Piensa que, de todas formas, es mejor candidato que Zapatero?

—Mire, estamos ante un fin de ciclo y ante un proyecto agotado. Rubalcaba lleva siete años del brazo de Zapatero en el Gobierno. Ambos tienen mucho de lo que arrepentirse y poco que celebrar. Han sido corresponsables de sus políticas, y Rubalcaba las ha impulsado y les ha puesto voz.

—¿Le tienen, o le han tenido alguna vez, miedo a Rubalcaba?

—Ninguno. Sólo le pediría una cosa: que por respeto a los ciudadanos, procure que la próxima campaña electoral sea de ideas y de proyectos, como los que va a poner encima de la mesa el PP. Una campaña limpia.

—Es decir, se temen una campaña sucia.

—No, pero yo creo que nuestra responsabilidad en momentos de crisis es poner ideas, propuestas y confrontar proyectos. Es lo que a mí me gustaría, y lo que deberíamos hacer todos. Pero como no le veo proyectos ni ideas, espero que no tenga la tentación de ir por otros derroteros.

—Estas últimas semanas hemos visto la «chulería» con que Bildu ha llegado a las instituciones. ¿Hay motivos para ilegalizar ya a Bildu?

—Esta semana, UPN, UPyD y PP hemos llegado a una resolución conjunta para pedir al Gobierno que proteja a los concejales amenazados, que estén protegidos por sus escoltas, y que vigile para poder utilizar los instrumentos que la ley prevé para que no utilicen las instituciones al servicio de ETA-Batasuna. Hemos visto muchas coacciones, amenazas, retirada de símbolos constitucionales de los plenos, a miembros de Batasuna en tomas de posesión, y cómo no piden la disolución de ETA. El PSOE no ha tenido a bien apoyar esa enmienda en la que hemos buscado ir unidos.

—¿Le da la sensación de que el Gobierno está haciendo todo lo que está en sus manos?

—A eso le tiene que dar respuesta el ministro del Interior. Ahí no puede ser ambiguo, porque lo estamos viendo un día sí y otro también. Quiero recordar que el Tribunal Supremo ilegalizó esa formación, y el Tribunal Constitucional, que revocó esa sentencia, dijo que a posteriori había instrumentos para tomar otras decisiones. Simplemente se le dice que extreme la vigilancia de cara a esos instrumentos.

—El PSOE presentó su propia resolución, en la que pedía respeto a la sentencia del TC. ¿Se ha podido abrir una grieta en la unidad frente a Bildu?

—Nosotros todo lo que hemos hecho ha sido desde la lealtad al Pacto contra el terrorismo. Somos fieles a los principios y los fundamentos de ese pacto. Y ahí estamos. El PSOE ha planteado una resolución innecesaria. Todos sabemos que las resoluciones de los tribunales obligan a respetarlas a cualquier ciudadano y acatarla al que es parte de esa resolución. Nosotros hemos pedido ir un paso más allá. Hay instituciones que no cumplen las resoluciones judiciales, y hay que obligarles.

—¿Sospecha que se está preparando el terreno para una nueva negociación?

—Todos tenemos que aprender de la experiencia. La única fórmula que ha servido para debilitar a la banda terrorista ETA ha sido la ley y sólo la ley. A los terroristas no se les puede dar ningún tipo de capacidad que les permita entender que van a conseguir sus objetivos.

—¿Se alegra de que San Sebastián sea la capital europea de la cultura en 2016?

—Hay que diferenciar dos cosas: las ciudades y quienes gobiernan esas ciudades. San Sebastián es una ciudad maravillosa, pero mi preocupación es que vaya a ser utilizada la capitalidad, como de hecho ha tardado poco el alcalde de Bildu en hacer, al servicio de su estrategia política. Pediría a quien toma esas decisiones que se documente bien, porque la única normalización que se necesita en el País Vasco es que desaparezca la banda terrorista ETA.

—Zapatero afirmó en el debate que el proceso de negociación fue una palanca para acelerar el fin de ETA. ¿Lo cree así?

—En absoluto. Después de lo que ha vivido debería ser más prudente en sus afirmaciones. La banda terrorista fue debilitada gracias al esfuerzo incansable de la Policía y la Guardia Civil, gracias a los jueces y fiscales, gracias a la cooperación internacional, y gracias también a esa sensibilidad social que apoyó a las víctimas y que se rebeló contra esto.

—El 30 de junio venció el plazo que puso José Bono para la renovación del Tribunal Constitucional, sin resultados. ¿Qué ha pasado?

—Nosotros estamos trabajando y queremos esa renovación. Tiene que hacerse, y estamos dispuestos a hacerlo. No sé si el Partido Socialista puede decir lo mismo. Quizás esté demasiado cómodo en la situación actual del Tribunal Constitucional.

—Usted aparece en las quinielas del próximo Gobierno, muy cerca de Rajoy.

—Yo soy portavoz del Grupo Parlamentario hasta que quiera el presidente de mi partido y la Junta Directiva Nacional de mi partido. Nada más.

—¿Ha hablado con Rajoy de la estructura de Gobierno que le gustaría tener?

—Ni lo sé, ni es de mi incumbencia.

—Veo que lleva su embarazo muy bien. El plazo creo que concluye en noviembre, y quizás coincida con las elecciones. ¿Cómo piensa llevar ese solapamiento de calendarios?

—Pues con naturalidad, como todas las embarazadas. Al final adaptas tu trabajo al embarazo. Si hay que hacer campaña embarazada, se hace. Ya lo hice en las municipales. Por esto pasamos todas.

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