Cara a cara con el asesino

Cara a cara con el asesino

De hombre más buscado, en paradero desconocido, a no poder uno sacárselo de encima. Los periodistas que ayer acudimos a Recorder´s Court estuvimos todo el día a un palmo del etarra, comiendo a su lado en el bar, conversando espalda con espalda en el pasillo, ... casi rozándolo en las entradas y salidas de la sala de vistas y cruzando las miradas innumerables veces. Ahí delante, a tocar, estaba el asesino de 25 personas, el antiguo jefe del sanguinario «comando Madrid». Estuvo altivo, con un semblante en ocasiones desafiante, pero en ningún momento hubo intercambio de palabras.

De Juana llegó en un jeep verde a los juzgados, acompañado de su mujer, Irati Aranzábal. Apareció veinte minutos antes de la hora prevista y pilló a la prensa desprevenida, pero pronto tuvimos que convivir, aunque sin mezclarnos. Esperar a su lado mientras mutuamente dejábamos los móviles y objetos metálicos a un lado para pasar por el control de seguridad fue palpar que los asesinos tienen un repulsivo halo.

A ello se refirió después Willie Frazer, presidente de FAIR, una de las principales asociaciones de víctimas del terrorismo en Irlanda del Norte. Para Frazer, que encabezó una pequeña concentración fuera del juzgado para reclamar la extradición del etarra, con carteles de «De Juana Chaos go home», la sola presencia de éste en el Ulster estimula la violencia entre los jóvenes del republicanismo irlandés, que lo han recibido como un héroe. Un historial de «horrendos crímenes», como dijo el fiscal, pero que para la muchachada vasca que le aplaudió a la entrada no son más que jalones en la «libertad para el pueblo vasco» que decía su pancarta.

Salvo en los momentos en los que estuvo dentro del acristalado banquillo de los acusados, el ex preso siempre estuvo arropado por su séquito. A la hora del almuerzo todos hicimos cola en el self service. Se tomó un sándwich y una Coca Cola, mientras un colega comentaba, sin que el etarra lo oyera, que allí estábamos unas 25 personas: todos podíamos haber sido sus víctimas.

De un cierto malhumor al comienzo, De Juana pareció cobrar confianza a lo largo del día, a medida que se veían la poca astucia del fiscal y la disposición del juez a otorgarle la libertad condicional. El anuncio de ésta no lo llegó a ver Juan Antonio García Casquero, presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que tuvo que regresar pronto de nuevo a España.

García Casquero había querido estar allí por la mañana para expresar la mayor repulsa de la sociedad española hacia los ejecutores del terrorismo y sus portavoces. «Es una vergüenza que un terrorista quede suelto por Belfast», se quejó. «Si los grupos terroristas se dan apoyo internacional y colaboran entre ellos -agregó el presidente de la AVT-, la Justicia de los diferentes países también tiene que hacerlo. Sería un gran paso atrás si no se le extraditara. De Juana puede aprovechar muchas triquiñuelas, pero para eso están la Justicia y los Gobiernos».

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