Aguirre llega a Madrid tras salir ilesa de una oleada de atentados en la India con 101 muertos
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, salió ayer ilesa de la ola de atentados que asoló Bombay y que se cobró la vida de al menos 101 personas, mientras que al menos 250 resultaron heridas. Los ataques, un total de ... nueve, se localizaron en varios hoteles de lujo, restaurantes y una estación de ferrocarril. Aguirre, de visita oficial por la India, había llegado poco antes a esta ciudad, procedente de Bangalore, tras entrevistarse con el presidente del estado de Karnataka, Shri B. S. Yeddyurappa.
El primer atentado sorprendió a la presidenta madrileña y al resto de la delegación española en el hall del Hotel Oberoy. Eran las nueve y media de la noche, hora local. La presidenta estaba entregando el pasaporte en recepción cuando, según los testigos, dos hombres entraron en el hotel armados con ametralladoras y granadas y comenzaron a disparar de forma indiscriminada. A partir de ahí, el caos y la confusión. Aguirre llegó a comentar que oyó cómo las balas le «silbaban por encima». La delegación madrileña se dividió en varios grupos en el momento del tiroteo.
La presidenta regional, así como su jefe de Gabinete, Regino García-Badell, corrieron a esconderse en uno de los sótanos del hotel. Otros miembros de la delegación optaron por salir y buscar el refugio de la calle. Sin embargo, al salir se encontraron con la realidad: Bombay estaba sufriendo una cadena de atentados. «Las escenas eran de película de terror; gente saliendo en estampida de los hoteles y gritando sin saber dónde ir», comentan a ABC testigos presenciales.
Gran parte de la delegación madrileña se resguardó en el malecón del paseo marítimo, que se encuentra a poca distancia del hotel. Ahí, detrás de las rocas, aguardaron agazapados a que concluyeran los ataques. Explosiones y disparos se sucedían, sin que la Policía pudiera hacer nada para controlar la situación. «Durante los primeros momentos del ataque, cada uno se buscó la vida y protegió como pudo. Esperanza Aguirre, también» .
La presidenta consiguió salir del hotel, pero durante un tiempo permaneció desaparecida para el resto de la delegación. Mientras la gran mayoría se encontraba a refugio en el malecón, Aguirre salió del hotel con su equipo de seguridad. Las primeras informaciones apuntaban que se dirigían al aeropuerto para intentar conseguir un avión que los sacara del país. Sus instrucciones no podían ser más claras. «Que nos lleve donde sea, pero hay que irse de aquí».
«Estamos bien, estamos bien»
Nada más conocer la noticia, el móvil de la presidenta de la Comunidad de Madrid comenzó a echar humo. El Rey y Rajoy fueron los primeros en interesarse por su estado. «Estamos bien, estamos bien, estamos bien... Decídselo a todo el mundo», era la frase que repetía la presidenta cada vez que recibía una llamada de España. En pocos minutos recibió tal cantidad de llamadas que la batería de su teléfono móvil se agotó enseguida.
Tras salir del hotel y refugiarse en otro edificio después, la presidenta de la Comunidad de Madrid logró hacerse con un vehículo para intentar llegar al aeropuerto. Sin embargo, había un problema: las carreteras estaban cortadas. La pericia del chófer, «que dio todas las vueltas que pudo y más», según el vicepresidente regional, Ignacio González, permitió que la dirigente madrileña alcanzara el aeropuerto. Nada más llegar, cogió el primer avión que salía en dirección a Europa. Así, al filo de las nueve de la noche -hora española-, logró despegar de Bombay en dirección a Zúrich con una pequeña representación de su equipo.
El resto permaneció varias horas retenido por la Policía en el malecón de Bombay por motivos de seguridad. Allí, junto al paseo marítimo, se encontraban los presidentes de la Cámara de Comercio de Madrid y de CEIM, Salvador Santos Campano y Arturo Fernández, respectivamente. Este último quiso realizar un llamamiento de tranquilidad: «Estamos bien, pero Bombay está lleno de bombas».
Desde la Puerta del Sol se aceleraron las gestiones para intentar poner a salvo al resto de la delegación madrileña. El vicepresidente regional recibió las llamadas de María Teresa Fernández de la Vega, Rubalcaba y Moratinos para interesarse por la situación de Aguirre. González les solicitó ayuda para poner a salvo a las personas que todavía permanecían en Bombay.
«Hubo una gran confusión»
El eurodiputado de CiU Ignasi Guardans también estaba en Bombay, formando parte de una delegación del Parlamento europeo. Al principio, se pensó que uno de los miembros de este grupo había resultado herido, pero después Bruselas desmintió tal extremo.
Otro de los representantes españoles que también se encontraba retenido fue el director de comunicación del Instituto de Empresa, José Félix Valdivieso. ABC pudo hablar con él. Su tono era tranquilo, pese a la tremenda situación vivida. «Estoy hospedado en el Hotel Taj-Majal. Salí a cenar a un restaurante que está a unos cien metros. De repente, se escucharon disparos, hubo una gran confusión. He visto mucha gente moverse. Ya no me dejaron salir. Cerraron el restaurante con vallas metálicas. Hubo entonces un gran estruendo. Una bomba había estallado en mi hotel. Está toda la zona acordonada. Soy el único español que se encuentra en este restaurante. Estamos viendo las noticias en la televisión y la situación es caótica».
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