El 24-M reforzó el liderazgo de Sánchez

Desde el domingo por la noche, Luena ya no está solo. Ningún dirigente cree que alguien -el nombre más citado siempre es el de Carme Chacón- por propia iniciativa o inducido por otros -aquí el nombre más citado siempre es el de la todopoderosa Susana Díaz- vaya a lanzarse a enfrentarse a Sánchez.

De forma significativa, a su llegada el lunes a la reunión de la Ejecutiva Federal para hablar de los resultados electorales del día anterior, la exministra dijo que no iba a hablar de si lo ocurrido reforzaba al secretario general como candidato o no: «No estamos en eso, el análisis es el de resultados y no hago ahora mismo ninguno más».

Y es que, si los pactos que ha iniciado Pedro Sánchez con Podemos y Ciudadanos dan sus frutos, el PSOE puede verse, de golpe y porrazo con nada menos que ocho presidencias de comunidad autónoma que ahora son del PP, y 26 capitales de provincia a medias con IU, Podemos y las plataformas populares.

En ese escenario, nadie se encontraría en condiciones de discutir al secretario general del PSOE su legitimidad para ser el cartel a La Moncloa. Alguien tan poco sospechoso de estar enfrentado a Susana Díaz como el candidato en Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, reconocía el lunes la «evidencia» de que el resultado del 24-M legitima a Sánchez.

La Dirección federal es consciente y, por eso, en la reunión el Comité Federal de este sábado 29 va a introducir las bases de esas primarias. Es muy probable que Sánchez opte por pedir a los militantes el gesto simbólico de que le avalen para que sea proclamada su candidatura.

Algo similar a lo que hizo Susana Díaz cuando fue proclamada secretaria general del PSOE andaluz. Sus rivales, Luis Planas y el alcalde de Jun (Granada), no llegaron siquiera a conseguir avales porque ella barrió con 22.000 apoyos -casi la mitad de la militancia- la posibilidad de que hubiera alternativa.