La intensa y productiva relación entre Jordi Pujol y Felipe González
Tres años después del sobreseimiento del «caso Banca Catalana», el PSOE renovó su mandato con el apoyo de CiU. Un pacto que terminó tres años después a consecuencia de la negativa de Pujol a apoyar los presupuestos socialistas
La intensa y productiva relación entre Jordi Pujol y Felipe González
CiU se convirtió en los años noventa en un socio necesario para la gobernabilidad de España a través de diversos pactos con el PSOE y el PP. En las elecciones de 1993, Felipe González se vio forzado a negociar con Jordi Pujol para alcanzar la ... presidencia. Se consolidaba en esos años una intensa relación política de la que todavía parecen quedar trazas, a la vista del alegato que Felipe González ha realizado este viernes en defensa del expresidente de la Generalitat .
Pero la buena relación entre el hombre que durante 24 años fue presidente de la Generalitat catalana y Felipe González venía de mucho antes. Desde su ascenso al poder, Felipe González estableció una comunicación directa y permanenente con Jordi Pujol para abordar los problemas derivados del desarrollo autonómico de Cataluña: el problema de las cofradías de pescadores, al despliegue de la Policía catalana y el consabido desarrollo estatutario.
González estableció una comunicación directa y permanente con Jordi Pujol En este periodo, la carrera de Pujol pudo llegar a su fin cuando se destapó el «caso Banca Catalana» , una entidad crediticia a la que estaba vinculado desde su fundación y cuyas cuentas fueron investigadas. En mayo de 1984, la Fiscalía General del Estado incluyó a Pujol en la querella contra los directivos de Banca Catalana. Y en junio de 1986, los fiscales Mena y Villarejo presentaron la petición de procesamiento de los dieciocho antiguos consejeros, entre los que se encontraba Pujol, por presuntos delitos de apropiación indebida, falsedad en documento público y mercantil y maquinación para alterar el precio de las cosas.
El sobreseimiento del caso Banca Catalana
No en vano, una resolución de marzo de 1990 de la Audiencia de Barcelona decretó el sobreseimiento definitivo de la acusación contra Pujol, a pesar de reconocerse que la gestión había sido «desastrosa». Felipe González –que por entonces ya mantenía una relación fluida con Pujol, lo que facilitaría los pactos que se alcanzaron en 1993 – ha sido acusado por el exfiscal Carlos Jiménez Villarejo y Colau de ser cómplice y «encubridores» del expresidente autonómico al no trasladar la causa a Madrid.
Carlos Jiménez Villarejo denuncia que los fiscales generales nombrados por el PSOE le prohibieron investigar en los años 80 y principios de los 90 al expresidente de la Generalitat Jordi Pujol.
En 1996, las dificultades económicas, los escándalos y la dura campaña de la oposición llevaron a que, tras negarle Pujol el apoyo para aprobar los presupuestos, Felipe González rompiera con CiU y convocara elecciones.
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