El Cervantes de Nueva York cambiará su política de eventos para evitar actos como el de la estelada
Su director, Ignacio Olmos, lamenta lo ocurrido y asegura que fue un «abuso de confianza» dentro de un acto fuera de la programación de la institución.
El Cervantes de Nueva York cambiará su política de eventos para evitar actos como el de la estelada
El pasado 4 de junio, se colgó una banda separatista catalana (conocida popularmente como ‘estelada’) durante un evento celebrado en el Instituto Cervantes de Nueva York. Era un acto de promoción de vinos catalanes, organizado por la Associació Vinícola Catalana, celebrado en el precioso ... patio de la sede en la calle 49 de la institución pública dependiente del Gobierno de España.
Ignacio Olmos, director del Cervantes de Nueva York, asegura a ABC que fue «un verdadero susto», un episodio «francamente desagradable» . Según su relato, fue un distribuidor de vino de nacionalidad estadounidense el que puso la bandera separatista detrás de su mostrador «con el objetivo de identificar la zona de procedencia de los vinos».
Ayer, ABC publicaba una fotografía de la bandera colgada en una de las ventanas que dan al patio, una imagen que también se vio en los informativos de la cadena de televisión pública catalana TV3 del día siguiente.
Cuando un empleado de la institución y el propio Olmos se enteraron del asunto, acudieron a la zona donde se celebraba el acto, pero la bandera ya había sido retirada, explica el responsable del centro. El evento en el que se colgó la ‘estelada’ no fue un acto incluido dentro de la programación del Instituto Cervantes, «sino un alquiler de espacio a una asociación privada de promoción de vinos catalanes», se defiende Olmos. Este tipo de eventos en la sede se enmarcan «dentro de la política habitual del Instituto de comercializar sus espacios arrendándolos a terceros para aumentar sus ingresos» y para «reducir su independencia económica de los presupuestos del Estado».
Esta política, sin embargo, será más conservadora en el futuro. Olmos confirma que el centro en Nueva York del Instituto Cervantes ha cambiado la redacción de las cláusulas del contrato de alquiler a terceros «para prohibir explícitamente cualquier comportamiento en sus instalaciones ilegal u ofensivo al ordenamiento jurídico español». Olmos apunta que se está estudiando la posibilidad de aplicar normativas similares «con carácter general» en los 60 centros del Instituto Cervantes repartidos por el mundo.
Esto no significa que en Nueva York se dejarán de acoger actos de promoción de las distintas regiones españolas, «pero extremando las precauciones en cada caso específico para que lamentables incidentes como este no vuelvan a suceder» , asegura. Olmos recuerda que «es difícil anticipar» este tipo de comportamiento «anómalo e imprevisto», cuando se producen dentro de actos que están fuera de la responsabilidad directa del Cervantes.
El director del Cervantes en Nueva York asegura que, en cualquier caso, la institución «ni apoya ni ampara estos comportamientos» y que los organizadores del acto se disculparon por lo ocurrido tras ser informados. Olmos está en el cargo en la Gran Manzana desde septiembre del año pasado, cuando sustituyó a Javier Rioyo. Anteriormente, había desarrollado la misma responsabilidad en los centros de Chicago y de Berlín.
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