Los ataques de la izquierda, entre el insulto, el sexismo y la demagogia
En el PP, algunas de sus principales dirigentes han sido víctimas de groserías y ultrajes en los que no han faltado alusiones a fregonas o sus órganos íntimos. No hicieron campaña de ello
Los ataques de la izquierda, entre el insulto, el sexismo y la demagogia
Acalorada también parecería la reacción del aspirante socialista a la Presidencia de Aragón, Javier Lambán, cuando la semana pasada dijo que si el cabeza de lista del PP, Miguel Arias Cañete, llegara a ser comisario, supondría «retroceder a la Europa de los nazis y fascistas». Y no lo decía de forma metafórica, porque recalcó que hablaba «en el peor sentido de la palabra», y además insistió el lunes en que el candidato popular es también «misógino, xenófobo y autoritario».
La amnesia en política es una constante, y solo a ella puede atribuirse el olvido de gravísimas ofensas dirigidas vía redes sociales a destacadas miembros del PP, mención especial a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Ella misma evitaba el pasado viernes hacer catálogo, quizás para ahorrarse repetir el grosero apelativo sexista que le asignó un concejal del BNG, que acabó dimitiendo. Recientemente, un diputado del PSC se cuestionó si «Sorayita» alguna vez «había fregado escaleras». La secretaria general del PP, también vio su nombre en un hashtag (#cospedalhijadeputa) por el que el líder de Juventudes socialistas en Pinto, Madrid, tuvo que abandonar su cargo.
«Algunas tenemos un historial de haber oído determinadas cosas y entonces nadie dijo nada», reflexionó Sáenz de Santamaría rememorando el machismo del que ha sido víctima. Sin hacer una campaña con ello.
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