El Gobierno reforma la Verja para agilizar el paso y evitar fugas

La remodelación tiene un doble objetivo: agilizar el paso de peatones y vehículos en ambos sentidos –para aligerar las colas kilométricas–, y mejorar los controles aduaneros de lucha contra el fraude, para ponérselo más difícil a los contrabandistas.

La medida se enmarca en las recomendaciones planteadas por la Comisión Europea después de los incidentes del pasado verano. Unos controles más exhaustivos provocaron importantes demoras en el paso de la Verja, todo ello con la crisis provocada por los bloques de hormigón con pinchos que el Gobierno gibraltareño arrojó al mar para imposibilitar la pesca a los barcos españoles.

Fuentes conocedoras del proyecto han descrito a ABC cómo quedará la nueva aduana. Las personas que cruzan la Verja a pie podrán hacerlo en menos tiempo, ya que se va a instalar un «sistema de acceso rápido con control de identificación biométrica».

Se trata de unos sofisticados lectores de huellas dactilares y reconocimiento facial, similares a los que ya usa la Policía Nacional en algunos aeropuertos españoles y que también funcionan en aeródromos de otros países. Este sistema lo utilizarán los ciudadanos que cumplan una serie de requisitos –no han trascendido cuálesy que conseguirán reducir considerablemente sus tiempos de espera. El control se ubicará en un nuevo edificio, más amplio que la zona donde actualmente se realizan los controles policiales.

También hay novedades para los miles de conductores que transitan entre La Línea de la Concepción y Gibraltar. La primera de ellas es una ampliación de carriles. Actualmente se entra en el Peñón por una carretera de dos carriles, que pasará a tener tres. Quienes vienen desde Gibraltar también ganan un carril, al pasar de tres a cuatro. Además, serán más anchos.

En esta ruta, el acceso a España, hay más novedades. El edificio de control por el que se accede cambia de orientación, de sur–norte a oeste–este, de tal forma que los conductores lo atraviesan, pasan por una rotonda de nueva construcción y luego enlazan con la actual carretera.

Con este cambio se pretende reforzar la seguridad. Actualmente los vehículos que cruzan la Verja salen del recinto en línea recta. Esto permite la fuga de vehículos y también la vigilancia por parte de contrabandistas que se colocan frente a la salida del recinto aduanero. Con el nuevo «scalextric», se dificulta la huida de vehículos y la «contravigilancia», ya que no hay una visión directa desde el exterior.

El nuevo edificio de control de vehículos tendrá una zona específica de reconocimiento, desde la que se accederá al área de escáner y taller. Los cohes que no sean seleccionados para una inspección seguirán en paralelo a la Verja por los nuevos carriles, que desembocarán en la rotonda antes citada. En cuanto a los vehículos que sean inspeccionados, luego podrán abandonar el recinto directamente desde la zona de control, sin tener que reincorporarse a los nuevos carriles de salida.

Por otro lado, el edificio de la Aduana en el que se ubican los agentes de la Guardia Civil será ampliado, mientras que la Policía Nacional pasará a otro inmueble cercano, este ya existente. Se trata del que está pegado a la Verja, como muestra el mapa que ilustra esta información.

También se contempla la instalación de un nuevo vallado exterior, que recorrerá la cara norte del recinto. Por último, se reordenará la amplia zona de aparcamiento, cambiando de ubicación los vehículos retenidos, con lo que se persigue liberar espacios con los que mejorar la circulación entre ambos lados de la Verja. Las obras de reforma las coordinan los ministerios del Interior y de Hacienda, ya que las competencias de la aduana se las reparten Guardia Civil, Policía Nacional y Agencia Tributaria.