Rebrote de «kale borroka» para apoyar a los presos de ETA

A estos actos de lo que se conoce como «terrorismo de baja intensidad» debe sumarse el sabotaje de una catenaria ferroviaria, el pasado domingo en Álava, y la media docena de ataques contra varias sedes del PP vasco, la última en Guecho. A su paso, los radicales lanzan pasquines para protestar contra la situación de un grupo de presos de ETA de la cárcel de Sevilla II, que lleva un mes en huelga de hambre en denuncia de su situación “extrema” de aislamiento y otros castigos. Esta denuncia fue elevada por el colectivo de familiares de etarras Etxerat, que el lunes volvió a pisar la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento de Vitoria para dejar su testimonio en contra de la política penitenciaria.

Para el PNV, «coletazos del pasado»

Y mientras el Gobierno vasco del PNV minimiza estos nuevos episodios de violencia como «coletazos del pasado» que «se tienen que denunciar», Sortu no ha tenido más remedio que rechazarlos . Con todo, su portavoz, Pernando Barrena, dejó clara su prioridad: «Más que unos contenedores de plástico nos preocupan los presos», dijo ayer ante los periodistas en San Sebastián.

El ataque al PP, sin condena

Barrena evitó condenar el ataque con pintura roja a la sede del PP de Guecho, un día antes, por supuesto desconocimiento de los hechos. Más bien todo lo contrario, el portavoz de la vieja Batasuna echó más leña al fuego de los radicales ahondando en los mismos argumentos que luego aparecen en forma de pintadas u octavillas tiradas ante las sedes del PP. Los populares, acusó Barrena en alusión a la política «criminal y despiadada» que según dijo padecen los presos de ETA en las cárceles, «sabotean mediante la violencia la oportunidad abierta» de «paz». Redondeó su argumento con que el Gobierno de Rajoy trataría de «satisfacer las ansias de venganza de la ultraderecha española».