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Veinte años sin Anabel Segura

El asesino de Anabel Segura, Emilio Muñoz Guadix, ha salido este miércoles de la prisión de Herrera de la Mancha

Veinte años sin Anabel Segura abc

M. ARRIZABALAGA/abc

Hace 20 años la estudiante madrileña Anabel Segura salió de su casa de La Moraleja (Alcobendas) para hacer «footing». Era un 12 de abril de 1993. De una furgoneta blanca salió un hombre que la abordó. Los gritos de Anabel alertaron a un jardinero del Colegio Escandinavo cercano, pero solo llegó a ver una furgoneta blanca que se alejaba. Avisó a la policía.

Días antes, Emilio Muñoz había embaucado a Cándido Ortiz en su plan: secuestrar a la primera chica que vieran por la calle en La Moraleja y exigir un rescate antes de ponerla en libertad. Así pensaban resolver los problemas económicos que arrastraban el churrero y repartidor en paro de 40 años, casado y padre de cuatro hijos y el fontanero de 38 años.

Su falta de escrúpulos y su inexperiencia resultó fatal para Anabel. No habían previsto que sus padres no se encontraran en casa aquel día, no tenían dónde retenerla y la joven había visto sus caras y podía identificarlos . Anabel había intentado escaparse dos veces durante las seis horas que estuvo secuestrada. Esa misma tarde, Emilio Muñoz asesinó cobardemente a Anabel y ayudado por Cándido arrojó su cuerpo a una fosa en una fábrica de cerámica abandonada en una carretera que conduce a Numancia de la Sagra (Toledo). Esa misma noche Emilio cenaría en su casa de Pantoja con su familia y Cándido en Escalona como si nada hubiera pasado.

Dos días después comenzaban las llamadas telefónicas de los secuestradores a la familia para exigir el rescate. Rafael Escuredo, expresidente de la Junta de Andalucía y portavoz de la familia Segura, exigía pruebas de que Anabel estaba viva . Fue entonces cuando la mujer de Emilio, Felisa García, se hizo pasar por ella en una grabación que enviaron a la familia, alentando unas falsas esperanzas en sus padres que en un primer momento creyeron reconocerla. «Hola padres. Esta gente no me cuida mal. Así es que a ver si esto termina pronto. Hasta luego papá. Adiós mamá. Hermana, te quiero mucho. Adiós», se escuchaba en la cinta antes de que uno de sus secuestradores exigiera el pago de 150 millones de pesetas (900.000 euros) para dejar en libertad a la joven madrileña.

«La Policía supo muy pronto que por desgracia no era la joven y eso anunciaba que la tragedia era ya inevitable», contaba ABC años después.

20 años después de aquellos durísimos momentos, el asesino Emilio Muñoz Guadix, que fue sentenciado a 43 años de prisión por secuestro y asesinato, saldrá de la cárcel tras la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que anula la «doctrina Paroha. A su salida de la prisión de Herrera de la Mancha, en Manzanares (Ciudad Real), ha asegurado que aunque algunos digan que sí, él no se considera «un peligro» para la sociedad .

«Yo cometí un error grave, que lo asumí desde el primer momento, no como otros, y ya está». «He pagado mi condena, que es de lo que se trata, de pagar las condenas y yo ya he pagado mi condena», ha indicado a preguntas de los medios congregados en las puertas del penal, a su salida de la prisión, alrededor de las 12.30 horas.

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