Gallardón castiga a la APM y Rubalcaba a Andalucía en la renovación del CGPJ

Tres magistrados del Tribunal Supremo, el presidente de la Sala Penal de la Audiencia Nacional, dos presidentes de tribunales superiores de justicia y una presidenta de una audiencia provincial compondrán, entre otros, un Consejo en el que por primera vez solo seis vocales tendrán dedicación exclusiva y también por primera vez no hay ningún representante del Ministerio Fiscal . La mujer del exfiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido, Clara Martínez de Careaga (magistrada del Supremo), y la del consejero de Justicia de la Generalitat Germá Gordó, Roser Bach (magistrada de la Audiencia Provincial de Barcelona), son dos de las nuevas vocales del órgano de gobierno de los jueces, como anunció ABC.

Demostración de fuerza

Como también adelantó este periódico, a última hora del viernes consiguieron sumarse a la lista la presidenta de la Audiencia Provincial de Valencia, Carmen Llombart , y María Victoria Cinto , magistrada de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa, por quien el secretario general del PSE, Patxi López, «peleó» hasta el último momento.

No han tenido la misma suerte con sus candidatos los líderes territoriales del PSOE Susana Díaz y Tomás Gómez, a quienes el secretario general de su partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha castigado especialmente en lo que desde el propio entorno del PSOE se percibe como «una demostración de fuerza». En el caso de Andalucía Rubalcaba ha decidido directamente no elegir a ningún juez de esa comunidad autónoma (el nuevo CGPJ solo tendrá un vocal andaluz, la abogada Pilar Sepúlveda, frente a los cinco que tenía el Consejo saliente). Y en el caso de Madrid ha llevado al órgano de gobierno de los jueces a Gerardo Martínez Tristán , el presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), recusado por los socialistas madrileños en el caso de la privatización de los hospitales de Madrid.

Además de a Martínez de Careaga, Roser Bach, María Victoria Cinto (las tres de la progresista Jueces para la Democracia) y Martínez Tristán (no asociado), el PSOE ha escogido en su cuota de jueces a María del Mar Cabrejas , titular del Juzgado de Primera Instancia número 55 de Madrid, miembro de JpD y quien contó solo con 29 avales.

Y es que no ha sido el número de apoyos recibidos por parte de sus compañeros lo que ha hecho optar a los candidatos a un puesto en el Consejo. Si así fuera no se habría quedado fuera la candidata que más obtuvo (210), Rocío Pérez Puig, magistrada de la Audiencia Provincial de Madrid. También se ha quedado fuera, como adelantó ABC, el presidente del TSJ de La Rioja, Ignacio Espinosa, y el magistrado de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional Fernando Luis Ruiz Piñeiro. En puesto de suplente ha quedado finalmente José Antonio Ballestero, magistrado del TSJ de Galicia.

Con avales propios

Otra de las lecturas que se hacen de la nueva composición del CGPJ es el castigo del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, a la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), cuyas relaciones con el Ministerio se rompieron en este último mandato del Consejo. Este fue uno de los motivos que aceleraron la reforma del órgano de gobierno de los jueces promovida por Gallardón y aprobada antes del verano.

El agravio a la APM se ha visto con el desplante a la candidatura del magistrado del Supremo José Manuel López García de la Serrana, cuyo nombre está unido a estas siglas (llegó a presidir la asociación). Los otros candidatos que el PP ha elegido, a excepción de Grande-Marlaska y Fernández-Valverde (que son no asociados), son miembros de la APM, pero curiosamente se presentaron con avales propios y no de la asociación. Se trata de Wenceslao Olea (magistrado del Supremo), Juan Martínez Moya (presidente del TSJ de Murcia), y Juan Manuel Fernández Martínez (presidente TSJ de Navarra). Solo Carmen Llombart, presidenta de la Audiencia Provincial de Valencia, se presentó con el apoyo de la asociación conservadora, pero su candidatura ha estado impulsada por apoyos ajenos a la asociación.