Carrillo, el rector de la Complutense, al servicio del PSOE para «derrotar a la derecha»

El pasado domingo, Carrillo, Llamazares y Garzón, entre otros, firmaron un carta remitida al PSOE en la que hacían ese ofrecimiento ante la celebración, el próximo fin de semana, de la Conferencia Política en la que los socialistas pretenden rearmar anímica y programáticamente el partido. En la misiva, los firmantes critican al Gobierno por «proteger los intereses de los poderosos» , invocan la necesidad de una «regeneración de la política» y apelan a la «derrota de la derecha» como objetivo prioritario.

El PSOE, satisfecho

De forma tan satisfactoria acogió el PSOE la iniciativa, que ayer el coordinador de la Conferencia Política, Ramón Jáuregui , sostuvo que la actitud de Carrillo y del resto los firmantes es «muy valiente». Nada dijo sobre la procedencia o no de que el rector de una Universidad pública, financiada con los presupuestos generales, dé la imagen de poner esa institución al servicio de la «derrota de la derecha». Por contra, sí lo puso en cuestión el PP.

Para Jáuregui, el gesto de este grupo constituye en sí algo «muy importante en estos tiempos que vivimos», no sólo porque supone un paso «valiente» de «compromiso con esa política que está por dignificar», sino porque además retrata al PSOE como «la casa capaz de vertebrar todos los sentimentos de la izquierda real para ser la alternativa del cambio en España».

En declaraciones a ABC, quien fuera su rival en las elecciones al Rectorado, José Iturmendi, «aconsejaba» a Carrillo:« Más le vale ocuparse del estado de la institución porque la tiene hecha unos zorros». En tono similar, el portavoz del Ayuntamiento de Madrid, el dirigente popular Enrique Núñez, tachaba de «absolutamente fuera del lugar utilizar instituciones académicas, en este caso el Rectorado más importante de España, para hacer carrera o ideología política. Hay determinados puestos, sobre todo en el ámbito de la educación, que deben estar por encima de las ideologías».

Sin embargo, y al igual que Jáuregui, el número tres del PSOE, Óscar López, saludaba la decisión de Carrillo de participar en el nuevo proyecto socialista como parte de su «libertad de expresión». También Alfredo Pérez Rubalcaba se abonó a la tesis de que el PSOE debe configurarse como el paraguas bajo el que se cobijen todos los progresistas. Rubalcaba ocupó relevantes responsabilidades cuando Baltasar Garzón fue «número dos» del PSOE en la lista electoral con Felipe González, y después renegó del exjuez cuando inició su acoso al PSOE con la investigación de los GAL.

«Cuantos más se sumen a este proyecto, más fuertes seremos» , escribió Rubalcabaen su perfil de una red social, que mencionaba que la Conferencia Política «es también suya». Rubalcaba aludía a todos los firmantes, como el exsecretario de Comunicación de IU, José Francisco Mendi; o el exconsejero de RTVE por CC.OO, Héctor Maravall. Algunos de ellos son muy cercanos a Gaspar Llamazares, que el domingo se vio obligado a aclarar que ni él ni la corriente que encabeza, llamada Izquierda Abierta, están en ningún frente político con el PSOE.

Quien se mostró irónico al analizar la «fuga» de miembros de IU hacia el PSOE fue el coordinador general de la coalición, Cayo Lara: «A este PSOE, con las políticas que ha hecho, no le salva ni la Virgen de Lourdes» . Y desde el PP, Rafael Hernando lamentó que Garzón «vuelva a las andadas» y demuestre «el sectarismo que siempre ha embadurnado su forma de actuar. Su objetivo de derrotar a la derecha le retrata a él y a los que van con él».

Por su parte, Iturmendi, catedrático de Filosofía del Derecho en la Complutens y decano de Derecho durante veintiún años, tachó de «sinsentido» el alineamiento de Carrillo con ese manifiesto: «Es palabrería. ¿Qué interés tiene decir que la derecha está aprovechando la crisis para empujar al desempleo y a la marginación de amplias capas de la sociedad? El anterior rector, Carlos Berzosa, también firmó por Zapatero, que también era de izquierdas, y no cambió nada. Es una visión muy poco crítica de la realidad (...) Pero parece que es más fácil criticar la política de Rajoy que su propia gestión en la universidad».

Finalmente, Carrillo defendió en RNE que el PSOE no rechace el «gesto» de Garzón a pesar de que impulsó en su día la investigación de los GAL y aún siguen vigentes los recelos contra el exjuez, a quien en el PSOE muchos cionsideran «no fiable».