Gallardón: «Rubalcaba no cuenta con todo el PSOE para apoyarle en una moción de censura»

–Tras el caso Bárcenas, ¿cree que es necesaria la renovación del PP para recuperar la confianza de sus votantes?

–Creo que el partido tiene la confianza de sus votantes, que todo el discurso que ha hecho el PP , y muy especialmente la comparecencia de Rajoy en el Congreso el 1 de agosto, ha constituido una declaración absolutamente determinante del compromiso del Partido Popular con toda la sociedad, con los valores y con una forma de entender la política que es la que reclaman los españoles.

- ¿Debería haber cambios en el Gobierno para recuperar la credibilidad en esta segunda fase de la legislatura?

- La designación de los miembros del Gobierno es una facultad exclusiva del presidente y por lo tanto es al único al que compete.

- ¿Pero hace falta un reimpulso politico? ¿El Gobierno tiene que trasladar a la sociedad el mensaje de que hay que reimpulsar la legislatura?

- El Gobierno tiene una hoja de ruta claramente marcada para toda la legislatura y ha ido dosificando las distintas iniciativas y proyectos. Ha habido y hay una prioridad, que es la recuperación económica, y todas las políticas sectoriales de los ministerios siempre están vinculadas a ese objetivo común. Ninguna de las situaciones a las que la oposición ha dado prioridad distrae al Gobierno de su cometido.

- ¿Está de acuerdo en cómo ha gestionado el PP el caso Bárcenas?

- Lo que no puede plantearse de ninguna forma es que un asunto de unos hechos presuntamente delictivos que afectan a una persona que ha ocupado puestos de responsabilidad importantes dentro de un partido se conviertan en elementos capaces de modificar las prioridades de un gobierno que tiene que actuar en interés de todos los españoles. Por lo tanto, el asunto Bárcenas tiene la respuesta que ha tenido, y ha tenido la dimensión parlamentaria que la oposición ha querido dar, pero que nadie piense que por el asunto Bárcenas el Gobierno va a dejar de trabajar en aquello a lo que está obligado. No nos vamos a distraer ni un segundo de nuestras obligaciones por que la oposición esté más preocupada en estos momentos por lo que dice o vaya a decir el señor Bárcenas que por la evolución del empleo en España.

- Su gestión en el Ministerio respecto al caso Bárcenas ha sido fruto de críticas internas. ¿Se siente la oveja negra del Gobierno y del partido?

- No he oído ninguna crítica interna a una gestión que, en todo caso, corresponde a la Audiencia Nacional y no al Ministerio de Justicia.

- Hay quien tiene la percepción de que desde la Fiscalía, por ejemplo, que no tiene una dependencia orgánica del Ministerio pero sí influencia por parte del Gobierno, no se estaba luchando contra los efectos jurídicos del caso Bárcenas con la suficiente contundencia. No sé si al ministro le consta, pero esa crítica existe...

- Por supuesto que el Ministerio de Justicia no ha influido en la Fiscalía en beneficio de ningún partido político, ni siquiera del PP, porque eso hubiese significado prevaricación por mi parte, y si alguien piensa que se beneficiaba al PP insinuándole a la Fiscalía que fuera menos exigente en el reproche de las conductas del señor Bárcenas se equivoca rotundamente. Antes al contrario: si de algo está orgulloso el Gobierno es de haber impulsado la acción de la Justicia contra cualquier acto delictivo. Y desde luego le puedo decir que nadie en el PP me ha pedido que ponga a la Fiscalía al servicio de un interés particular. Y no me lo han pedido porque saben que mi respuesta habría sido rotundamente no.

- ¿Cómo asume no ser uno de los ministros mejor valorados?

- Cuando dejé de ser alcalde de Madrid y pasé a formar parte del equipo de Rajoy entendí el cambio radical que significaba eso en política. Un ministro no debe buscar una valoración más alta o más baja, sino hacer lo que le dice su presidente, porque cuando tú formas partes de un gobierno dejas de ser el cabeza de un equipo para formar parte de un equipo cuya cabeza es el presidente del Gobierno. Yo en este Ministerio trabajo para cumplir los objetivos que Rajoy me ha marcado.

- ¿Sigue pensando que dejará la política cuando se acabe su mandato en el Ministerio de Justicia?

- Sí, cuando dejé el Ayuntamiento y acepté formar parte del equipo de Mariano Rajoy entendí que ese era mi último destino en política. Estaré donde me diga Mariano Rajoy, pero el día que deje de estar en su equipo no tendré más recorrido político.

- ¿Cree que el liderazgo de Rajoy, tanto al frente del Gobierno como del PP, se ha resentido en este año y medio de legislatura más allá del desgaste propio de la gestión del día a día?

- No. El fenómeno político más curioso que se ha producido en el tiempo que llevamos de legislatura es que se ha desgastado mucho más el líder de la oposición que el presidente del Gobierno. Ha perdido mucho más crédito ante los ciudadanos, y ha generado muchas dudas de liderazgo en sus propias filas. El PSOE ha centrado su acción política en un intento de desgaste del presidente utilizando para ello a una persona imputada por varios delitos. ¿Por qué está pidiendo el PSOE una reprobación del presidente y no una moción de censura? Por una razón: porque la reprobación no exige la presentación de una candidatura alternativa. Alfredo Pérez Rubalcaba sí puede conseguir el consenso de su grupo parlamentario para reprobar a Rajoy, pero no plantea una moción de censura porque sabe que no todos sus diputados le apoyarían como presidente.

- ¿Entiende la desconfianza de los ciudadanos hacia los políticos?

- Hemos pasado un tiempo de inicio de legislatura durísimo, en el que hemos tenido que pedir muchos sacrificios, pero hoy los españoles entienden que esas medidas temporales eran necesarias para iniciar la recuperación económica, que cuando vean el efecto positivo, de superación de la crisis, mantendrán su confianza en nosotros, en el presidente, y renovarán su mandato en la próxima legislatura.

- ¿Y cuándo veremos ese momento?

- En 2014 todos los españoles constatarán no solo la finalización de la crisis, sino el inicio de la generación de empleo en este país.

- ¿Esperan entonces un otoño menos caliente en la calle?

- El Gobierno tiene que respetar la forma de manifestación que quieran los ciudadanos pero creo que, al margen de las protestas que lógicamente se producirán, habrá un clima social más positivo.

- Cuando esas formas de manifestación se traducen en insultos o amenazas de muerte en las redes sociales, ¿hay alguna forma de contenerlas?

- Con una actitud democrática y cívica consistente en rechazar de la forma más rotunda cualquier amenaza o intento de coacción sobre los políticos y legisladores.

- Estrasburgo está a punto de decidir sobre la constitucionalidad de la doctrina Parot. ¿Saldrán a la calle etarras con condenas milenarias?

-No me pida usted que entre en un análisis tan pesimista y tan doloroso como el que usted sugiere. Yo confío en que la Gran Sala atienda la magnífica defensa que hizo la Abogacía del Estado de la tesis doctrinal establecida por el Tribunal Supremo y avalada por el Constitucional. Desde el Gobierno hemos hecho todo lo posible para que así sea.

- A la vista de los últimos informes de la Guardia Civil, ¿es el momento de proceder contra Sortu?

- La Fiscalía analizará cualquier informe que le remitan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y si aprecia cualquiera de las conductas que el TC estableció como motivadoras de una ilegalización sobrevenida, actuará.

- ¿Con qué armas cuenta el Estado español para defender los derechos de nuestros pescadores en Gibraltar?

- El arma principal que en este conflicto tiene España es la legalidad. En el caso de las aguas no hay base histórica ni jurídica del Reino Unido y de las autoridades de Gibraltar para limitar la actividad de los pescadores.

- ERC está presionando para que el referéndum en Cataluña se celebre cuanto antes. ¿Cómo lo va a detener el Gobierno?

- Ningún gobierno autónomo puede actuar al margen de la Constitución. Si el Gobierno catalán entiende que ese marco constitucional del que deriva el estatutario no responde a sus pretensiones puede plantear que se modifique la Carta Magna, pero la tiene que modificar quien la aprobó: el pueblo español en su conjunto, que es el titular de la soberanía, porque la soberanía no está fraccionada.

- ¿Dónde cree que nos llevará esta deriva secesionista?

- Convergencia se ha dejado abducir por el discurso radicalmente independentista de ERC y puede dejar de ser un partido vertebrador en Cataluña. Pero me preocupa también que el socialismo catalán, históricamente comprometido, como el vasco, con el proyecto de España, caiga en ese políticamente correcto discurso nacionalista y no asuma la responsabilidad histórica que le corresponde de defender lo mejor para Cataluña, que es ejercer una auténtica posición de liderazgo dentro de la Nación española. Se equivocaría profundamente el PSOE si por intentar conseguir unos cuantos votos más en las próximas elecciones perdiese definitivamente para las próximas generaciones el papel vertebrador que históricamente ha tenido en Cataluña.