Así es la caja negra del tren Alvia accidentado en Santiago

La misión fundamental de una caja negra es grabar toda la actividad y todos los datos que se generen o transmitan por los circuitos de un tren. Desde la velocidad exacta en cada momento o las advertencias de seguridad desarrolladas, hasta las comunicaciones internas o particulares del habitáculo. También en qué momento se ha frenado, si han funcionado los sistemas de emergencia, y un largo etcétera.

Para ello, la caja negra consta de dos partes . La primera es la que registra toda la información , mientras que la segunda se destina a las grabaciones de voz . Aunque la cinta llegue al final, siempre se irá conservando la última media hora del registro, de tal forma que en caso de accidente, es muy probable que siga estando presente y las actuaciones determinantes, también.

Además, estos dispositivos están blindados en acero , pesan diez kilos y están diseñados para que puedan resistir una amplia horquilla de condiciones adversas y temperaturas que van desde los 25 grados bajo cero hasta otras que alcancen los 70 grados. Para que puedan localizarse mejor, no suelen ser de color negro , sino de otros más llamativos. Sin embargo, quedaron así bautizadas por las primeras que fueron instaladas en los aviones, que sí eran de este color.

Eso sí, no le está permitido a ningún miembro de la tripulación manipular la caja negra. Eso es algo que tan sólo pueden hacer expertos autorizados, quienes accederán a la información almacenada. Ésta es accesible de forma inmediata, que se vuelca a un ordenador, aunque antes es recomendable haber hecho copias de seguridad.