El interventor insistirá: «Griñán cebó la partida de los ERE»

Gómez, que ahora trabaja como interventor delegado en la Agencia Tributaria de Andalucía, no solo declarará sino que, además, volverá a insistir en que el sistema que usaba la Junta de Andalucía para repartir dinero, las transferencias de financiación del programa 3.1.L. eran un instrumento legal, pero el empleo que hicieron de ese método para dar subvenciones fue inadecuado. De hecho, era un método que calificó como «la herramienta fraudulenta».

El interventor dijo (y probablemente vuelva a repetirlo) que los titulares de la Consejería y la Viceconsejería ( Griñán y la actual consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo) recibieron las auditorías en las que se les advertía de «las graves irregularidades descubiertas en la Consejería de Empleo» y no hicieron nada para combatirlas. Pero también que «cebaron sin descanso la corrupta partida presupuestaria de los ERE».

También que la Intervención advirtió quince veces de las irregularidades que se producían en el programa 31-L (que el exdirector de Trabajo, Francisco Javier Guerrero, bautizó como «fondo de reptiles»). Y que ninguno de los destinatarios de esas auditorías «hizo absolutamente nada durante diez años cuando podían haber terminado con el nido de corrupción en veinticuatro horas si hubieran tenido voluntad ».

Otra frase que podría repetir ante Alaya sobre los informes que llegan al consejero de Hacienda tampoco tiene desperdicio. «No podemos decir que su destino sea una estantería: tienen un destino. Esos informes yo estoy seguro de que se examinan y, cuando en la Consejería se considera que hay aspectos de las competencias del departamento implicados en los informes de control financiero, se toman medidas», dijo. La tesis del bombero también puede ser impactante. Fue un ejemplo de lo más gráfico: «Si su vecino le advierte a voces de que salen llamas por el extractor de humos de su cocina, usted ¿qué haría? ¿Llamaría inmediatamente a los bomberos para evitar una probable catástrofe o esperaría a que su vecino le confirmase la noticia por carta o por correo electrónico?».

«Ni me callé ni me aguanté entonces, ni lo hago ahora, ni lo haré después», dijo al presidente de Parlamento. Hoy tampoco piensa callarse. Veremos como acaba la cosa.