La mujer torturada por el presunto maestro shaolín empeora
La mujer torturada por Aguilar ha sufrido dos paradas cardiorrespiratorias desde la agresión y sigue en coma
La mujer torturada por el presunto maestro shaolín empeora
La intervención de la Ertzaintza impidió a Juan Carlos Aguilar acabar con la vida de la joven Ada Ortuya , pero las graves agresiones sufridas en el gimnasio de este presunto maestro shaolín en Bilbao la dejó en coma . Tres días después aún ... se debate entre la vida y la muerte en el Hospital Universitario Basurto.
El parte médico dado a conocer ayer por la tarde señalaba que el estado de salud de esta mujer nigeriana ha empeorado en las últimas horas. «Se ha deteriorado con respecto a la situación inicial», indica el informe del centro sanitario.
Ada Ortuya se encuentra « extremadamente grave », según fuentes hospitalarias. La joven de 29 años fue hallada atada de manos, pies y cuello en el interior del local en parada cardiorrespiratoria. Los servicios de emergencias tardaron más de media hora en reanimarla antes de trasladarla al hospital, donde sufrió una nueva parada. Transcurridas las primeras 48 horas «vitales», los médicos mantienen la esperanza.
Decenas de personas, en su mayoría inmigrantes nigerianos, pidieron justicia para Ada ayer en Bilbao y mostraron su apoyo a esta mujer nigeriana que ejerce la prostitución en las calles de la capital vizcaína desde hace un año.
«Muy buena»
Quienes la conocen la describen como una chica «muy buena», «muy educada», que nunca busca problemas y acude a menudo a la iglesia porque es muy religiosa. Antes de trasladarse a Bilbao había residido en Vitoria y en otros puntos de España desde su llegada hace tres años, según un amigo suyo de la asociación Edo Club de Nigeria.
Ada tenía alquilada una habitación junto a las torres Zabalburu, apenas a 300 metros de la residencia de su agresor en la calle Iturrizar, por lo que no se descarta que no fuera la primera vez que se encontraba con Juan Carlos Aguirre. El secretario general de la asociación nigeriana Nigerian Progressive Union, Christian Safua, admite la posibilidad de que la joven conociera al profesor de artes marciales «como cliente» ya que había sido visto en alguna ocasión en los lugares donde trabaja Ada, e incluso «a veces invitaba a tomar algo a las chicas».
El domingo, un testigo vio cómo era obligada a entrar por la fuerza en el gimnasio que éste regenta en la calle Máximo Aguirre y alertó a la Ertzaintza. Los agentes que acudieron al gimnasio tuvieron que tirar la puerta del local abajo, con mazas, para acceder al interior, donde encontraron a la víctima inconsciente y atada y a su agresor junto a ella.
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