La soledad de Urkullu impide un «pacto vasco por la estabilidad»

Tal y como adelantó en la sesión plenaria del pasado jueves, Urkullu espera encontrar una «base sólida» para el acuerdo y «unir esfuerzos institucionales y políticos para propiciar la reactivación y generar empleo». Considera que este consenso sería «la señal de confianza» que reclama de la clase política e institucional la sociedad vasca.

La intención del presidente del Ejecutivo autónomo es convocar una doble «mesa en Ajuria Enea» en la que, por una parte, se sentarían los tres diputados generales y la presidencia de Eudel, y, por otra, los máximos representantes de los partidos políticos con representación parlamentaria. El lendakari plantea, entre sus objetivos, el logro de un acuerdo de la reforma fiscal que incluya la reforma del IRPF, a través del consenso en los nuevos coeficientes y tarifas, los nuevos tramos en los tipos marginales y la adecuación de las deducciones.

Además, propone la reforma del Impuesto de Sociedades, manteniendo los incentivos dinamizadores de la actividad y el empleo, revisando los regímenes especiales del impuesto, así como las deducciones; incluyendo la concertación de nuevas figuras tributarias en los ámbitos de actividades de juego, los depósitos de las entidades de crédito y ámbito energético.

A la espera de concretar las citas y recibir las llamadas, todos los grupos de oposición, aunque con precisiones, han manifestado su intención de aceptar el emplazamiento de Urkullu. EH Bildu acudirá a la ronda de contactos con todas las formaciones, pese a que, a su juicio, «las posibilidades para lograr acuerdos son remotas», puesto que la coalición y el PNV defienden modelos «contrapuestos».