estrategia proetarra
¿Quién paga esta barra libre?
La «generosidad» del alcalde de San Sebastián, el bildutarra Juan Karlos Izagirre, al permitir que durante días Segi mantuviera un campamento ha ocasionado cuantiosos gastos
La acampada que durante más de una semana han mantenido en el centro de San Sebastián varios cientos de proetarras a modo de «muralla» para evitar la detención, ordenada por el Tribunal Supremo, de seis miembros de Segi, ha ocasionado importantes pérdidas económicas, sobre todo ... en los gremios de la hostelería y del comercio que trabajan en los aledaños de la parte vieja. Lo grave de todo ello es que este perjuicio ha sido autorizado, si no impulsado, por el propio alcalde, Juan Karlos Izagirre, de Bildu, que se ha convertido de esta manera en el mejor embajador para exportar la «marca Donostia-San Sebastián».
Durante estos días, muchos donostiarras y también visitantes, han eludido acercarse a la zona, por temor a que se registraran incidentes con la Ertzaintza, por riesgo a verse insultados por los cientos de proetarras parapetados (y ebrios) y por la suciedad que se ha ido acumulando en el lugar. Los establecimientos de la parte vieja y alrededores han registrado una menor afluencia de clientes, una circunstancia que cobra mayor gravedad en plena crisis. La retirada de los proetarras, forzada por la intervención de la Ertzaintza, ha dejado al descubierto un rastro de suciedad, tenderetes y pancartas con consignas proetarras que la brigada de limpieza se ha visto obligada a retirar. De ello se han derivado gastos.
En el dispositivo final, gracias a la acampada autorizada de puño y letra por el alcalde bildutarra, han participado unos cuatrocientos agentes de la Ertzaintza, con sus correspondientes dietas y horas extras. Se han utilizado cerca de cuarenta furgonetas, con el correspondiente gasto de gasolina. Y quiérase a no, con semejante concentración de antidisturbios, necesariamente se han dejado desasistidos otros puntos de la Comunidad Autónoma Vasca durante varias horas. Un día antes, otro despliegue de la Ertzaintza, aunque sensiblemente menor, intentó, hasta en dos ocasiones, arrestar a los condenados. También se derivaron gastos.
Peligroso precedente
Pero aparte de las pérdidas económicas, la actitud del alcalde bildutarra ha creado un peligrosos precedente. ¿Con qué justificación se va a negar ahora a conceder permiso de acampada en el centro de San Sebastián para colectivos que se consideren con derecho a una proptesta? Por ejemplo, defensores de que se reinstauren los toros en San Sebastián; pensionistas con dificultades por la pérdida de poder adquisitivo; aficionados al fútbol que no tienen posibilidades económicas de hacerse socios de la Real Sociedad; partidarios de que se prohiban las carreras de caballo en el Hipódromo de Lasarte...
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