Una rica cosecha tecnológica para dar larga vida a las frutas y las verduras
Empresas y centros de investigación unen fuerzas para desarrollar soluciones que mejoran la conservación de estos alimentos perecederos
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Claudia Villena
El desperdicio de alimentos empieza a impactar en cualquier plan de sostenibilidad que se tenga trazado desde la Unión Europea. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y Agricultura) estima que casi un tercio de la comida que se produce para el consumo humano se pierde o se tira ... a lo largo de la cadena de consumo. Esto coalisiona fuertemente con la cifra de personas que según la FAO están afectadas por el hambre, que alcanzó los 783 millones en el 2022. Por ello, empresas de todo el mundo están apostando por innovar mediante tecnologías y nuevas técnicas para conservar las frutas y verduras, que tienden a ser más perecederos, y alargar su vida útil durante toda la cadena alimentaria.
Según el último informe de la FAO sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, se calcula que 3 100 millones de personas no tienen acceso a una dieta saludable. Solo los hogares españoles durante el año 2022 desperdiciaron un total de 1.170,45 millones de kilos o litros de comida y teniendo en cuenta que los productos más desechables son los que se encuentran sin elaborar, un 70,8% de los hogares españoles los desperdician, según el 'Informe sobre el desperdicio alimentario en los hogares 2022', elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Julián Herraiz, director general de Agrofresh, sostiene que la visión de la compañía está enfocada en proteger las frutas y evitar el desperdicio alimentario. «El inicio de la compañía es a través de un descubrimiento de una molécula en EE.UU., en un centro de investigación», expone. Herraiz comenta que la apuesta por la visibilidad inteligente de datos permite obtener una planificación adecuada y poder tomar mejores decisiones en tiempo real, lo que garantizar la calidad y alcanzar un mayor porcentaje de éxito para reducir la pérdida. El director sostiene que la gama de los productos de la firma ofrece soluciones de I+D que permiten evitar la pérdida de peso de las frutas y logran que se mantenga en buen estado hasta su destino.
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Para Agrofresh, según Herraiz, la innovación forma parte de la esencia de la compañía y por ello explica que mantienen centros de investigación en más de 50 países, además de realizar convenios con institutos tecnológicos. «Nuestro trabajo es con toda la cadena de producción, desde el momento de la recolección hasta el consumidor final. Tenemos una solución que se aplica cerca de la cosecha para aumentar la calidad y la rentabilidad de las producciones, todo aunado a que se evite el desperdicio», menciona. Herraiz resalta que los tratamientos deben pasar por controles muy específicos a nivel europeo, lo que da garantías de seguridad alimentaria. «No desperdiciamos el esfuerzo de los agricultores, ni tampoco recursos como el agua», expone.
Vaciar la nevera
«Naturpod nace a partir de vaciar la nevera, ahí nos dimos cuenta de que lo que más se tira son frutas y verduras. Entonces, investigando sobre el tema, implementamos unas arcillas naturales que se utilizan para absorber el etileno con un potente oxidante natural», expone Elisa Turullols, directora de Operaciones (COO) y de Desarrollo Estratégico y Sostenibilidad de la compañía. La empresa también ofrece soluciones tecnológicas sostenibles a lo largo de toda la cadena alimentaria para reducir el desperdicio, según lo explicado por Turullols, aunque su interés principal son los agricultores. «Las frutas y verduras comienzan a emitir etileno, que es una hormona que las hace madurar y con estas soluciones ralentizan el proceso de maduración», expone.
Turullols comenta que el producto de Naturpod, que recibió un premio a la innovación por parte del Instituto Cerdà en el año 2021, es un alargador de las propiedades organolépticas de las frutas y verduras. «También estamos siendo certificados por la Universidad Politécnica de Cataluña, para que nuestras soluciones vayan dirigidas a los hogares», sostiene. Turullols comenta que la vida útil de las frutas se puede alargar hasta cuatro días más de su duración normal, en perfectas condiciones, además de mantener las propiedades de peso, sabor, color y nutrientes. La portavoz de Naturpod explica además que sus productos ofrecen soluciones adaptadas a cada una de las características de la cadena alimentaria. «Contamos con máquinas que se instalan en almacenes y que son de distinto tamaño, que tienen una cámara frigorífica o un almacén donde se permite guardar frutas y verduras. También tenemos filtros para cuando no se permite instalar una máquina. Y pequeños sobres que van dentro de los envases de los alimentos», sostiene Turullols.
Mar Villamiel, investigadora científica del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación del CSIC, alinea el uso de las tecnologías de conservación de alimentos, para reducir las pérdidas de la industria alimentaria, concretamente de frutas y vegetales, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se vinculan con la salud, el bienestar y la producción. El grupo de investigación en el que trabaja ha desarrollado un gel de pectina como recubrimiento comestible que aumenta la vida útil del fruto durante su almacenamiento y ralentiza el crecimiento microbiano. «Utilizamos subproductos del girasol, concretamente, los capítulos que quedan tras la retirada de las pipas, para extraer el polisacárido pectina, y hemos llegado a aumentar la vida útil de las frutas hasta 13 días en refrigeración», explica.
Además, la experta sostiene que tienen una patente del CSIC sobre este producto. Villamiel afirma también que los geles de pectina tienen bajo índice glucémico, por lo que son adecuados para diabéticos. Y controlan la transferencia de oxígeno, con una reducción de la producción de etileno, lo que mejora las propiedades del fruto. «Nosotros hemos evaluado el producto en frutas como la fresa, cuyas mermas de la producción son de hasta el 50%», menciona.
La investigadora resalta el trabajo de la tecnología que ha permitido que se optimicen los procesos de la pectina para su extracción y aplicación, además de generar un mejor control de estos, reduciendo el impacto ambiental que generan los residuos de la industria. «El producto todavía está en el ámbito del laboratorio, ya que se necesita conseguir financiación para ponerlo en la industria», resalta.
Fuentes naturales
Joaquín Fisch, CEO y cofundador de Nat4bio, una startups que apuesta por la protección de la fruta por fuentes naturales, explica que la empresa nace en Argentina y está iniciando una etapa de registro regulatorio también Estados Unidos. Su siguiente objetivo es la Unión Europea. Fisch expone que el producto está avalado por la Academia Científica de Argentina (análogo al CSIC) y pusieron el foco en la bioprospección, abocada al hallazgo de organismos y sustancias para obtener una sinergia. «Estamos realizando testeos en campo, porque un gran problema que tienen los productos biológicos es que funcionan perfecto en el laboratorio, pero luego en su aplicación baja drásticamente», sostiene.
Para Fisch, lo destacable de Nat4bio es que ha trabajado en solucionar la problemática dela preservación de la calidad de los frutos sin tener que recurrir a moléculas sintéticas o ceras de polietileno. El CEO explica que uno de los focos de su propuesta son las empresas exportadoras. «Cualquiera que tenga una cadena de suministro de larga duración tiene una gran necesidad de cuidar el producto durante el proceso. Y nuestro producto tiene un gran impacto en reducir el desperdicio y el deterioro durante ese tránsito», sostiene Fish, que hace hincapié en las exitosas pruebas que realizó con las productoras y exportadores de limón y de naranjas de Tucumán, Argentina.
La industria alimentaria requiere de soluciones innovadoras para recuperar en condiciones óptimas los alimentos que llegan al consumidor. Es por ello que, la investigación y la tecnología están apostando por la recuperación de los alimentos y perfeccionando las soluciones sostenibles para salvar las innumerables pérdidas alimentarias.
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