Reestructuración de las aerolíneas europeas

También el consorcio franco-holandés Air-France-KLM anunciaba el 21 de junio de 2012, que hasta finales de 2013 prevé eliminar 5.120 puestos de trabajo sobre una plantilla total de 49.301 empleados. La dirección espera alcanzar dicho recorte sin necesidad de despidos, pues de ellos, 1.710 corresponden a "salidas naturales", con la no sustitución de quienes se vayan jubilando,y otros 3.410 a un exceso de trabajadores con los que pretende llegar a un acuerdo.

Para lograrlo, la empresa contempla jubilaciones anticipadas, "salidas" voluntarias o cambio a jornadas de tiempo parcial, para mejorar en un 20% su eficiencia económica en 2014 con respecto a 2011. Air France-KLM duplicó sus pérdidas en el primer semestre de 2012, que se situaron en 1.263 millones de euros, frente al negativo de 564 millones del mismo periodo de 2011.

También la aerolínea finlandesa Finnair registró una pérdida neta de 101,9 millones de euros (141 millones de dólares) en 2009, duplicando así el dato negativo del año anterior, por la caída generalizada de los precios y de la demanda. Para paliar esta situación, la compañía finlandesa desarrolló una serie de medidas orientadas a mejorar su eficiencia, con la esperanza de ahorrar 200 millones de euros. Estas medidas supusieron una reducción de la plantilla del 8% en 2009 y la aplicación de despidos temporales que afectaron a buena parte de su personal.

Asimismo, la difícil situación que afronta la aerolínea lusa TAP llevó al Gobierno portugués a aprobar el 2 de agosto de 2012 su reprivatización completa, en una fase de aumento de capital y en otra de venta de acciones. Esa venta de TAP, propiedad de la estatal Parpública en un 100%, forma parte del programa de privatizaciones al que Portugal se ha comprometido, a cambio de recibir un préstamo de 78.000 millones de euros de la UE y el Fondo Monetario Internacional.