No se ha roto nada

La realidad es que hoy estamos mejor de lo que estábamos pero no lo bien que algunos pensábamos que podíamos llegar a estar (las famosas expectativas).

Lo mejor es que el 65% de la población vota partidos centrados europeístas, no como en otros países como Francia e Italia. Y que Vox y los independentistas catalanes se han llevado una buena. Lo peor, que con un puñado de escaños aún determinen el coste de la legislatura.

Con respecto al resultado de ayer, creo que no es tan mal resultado mirando para adelante.

Se da la paradoja de que Sánchez puede ser investido pero que no va poder legislar porque el cambio de pesos en el Congreso es hacia el centro derecha (PP+Vox+PNV+CC+UPN = 176), no puede formar gobierno por planteamientos antagónicos en lo territorial -VOX y PNV- pero tienen afinidad en lo económico.

Así que el Parlamento a diferencia de la legislatura pasada no va a estar para ocurrencias de los grupos periféricos por mucho que quieran hacerse valer.

Y, por último, lo de ayer debería servir para que los votantes de Vox se bajen del risco. No sé qué más pruebas necesitan para comprobar la inutilidad de su voto siempre que primen tener éxito y no razón.

Las dinámicas de la economía española, como muchas otras y como demuestra el pasado reciente, discurren al margen de la política.

La economía sigue con el viento de cola y va a crecer en torno al 2% anual los próximos 3 años por el buen comportamiento del turismo, del ladrillo y de las exportaciones que ya están cerca del 40% del PIB.

El déficit fiscal estructural es una tarea pendiente que tendrá que embridar el siguiente gobierno pero diferencia de la anterior crisis, contaran con tiempo.

Desde luego que hubiera sido mucho mejor para la economía un cambio de gobierno con planteamientos más amigables para la inversión pero hay que recordar que el margen de los gobiernos en materia económica en la UE es muy reducido -y son muchos los ejemplos cercanos-.

Termino enfatizando la paradoja de que aunque pueda Sánchez salir investido, además de los contrapoderes autonómicos y del Senado, en el Congreso lo va a tener mucho más difícil para impulsar según qué reformas económicas por lo que lo que hay que irse es preparando para unas nuevas elecciones. Entretanto los mercados van a seguir a los suyo que viene determinado por lo que pase con los tipos de interés y los resultados empresariales.