El quinto en discordia
Mercados ineficientes
De igual manera que cada uno de los agentes no es eficiente en su toma de decisiones porque está afectado por los sesgos y el ruido, el mercado tampoco lo es porque ese mercado al que tratamos con tanta reverencia no es otra cosa que la suma de las actuaciones de los agentes
Buen marzo para el Ibex (24/3/24)
Madrid
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Iniciar sesiónDaniel Kahneman, psicólogo, premio Nobel de economía, murió hace escasos días. Su planteamiento revolucionario del proceso de toma de decisiones -que como demuestra la experiencia empírica no siempre son eficientes- supuso un antes y un después en la teoría económica pero no solo. En lo ... que respecta a los mercados, que es algo que esta página presta especial atención, fueron sus teorías lo que mejor justificaron la ineficiencia en el proceso de la formación de los precios. De igual manera que cada uno de los agentes del mercado no es eficiente en su toma de decisiones porque está afectado por los sesgos y el ruido, el mercado en su conjunto tampoco lo es porque ese mercado al que tratamos con tanta reverencia no es otra cosa sino la suma de las actuaciones de todos y cada uno de los agentes.
Quizá, lo más importante para el comportamiento de los mercados que Kahneman y el resto de los que han teorizado sobre las finanzas conductuales nos han enseñado es que, pese a que sabemos y hemos puesto nombre a cada uno de los sesgos que nos afectan en ese proceso de toma de decisiones, en lo que tiene que ver con el dinero -y en este caso concreto los problemas de aversión al riesgo están más que probados-, somos capaces de diagnosticarlos pero no de corregirlos. Los errores que se cometen a nivel individual como consecuencia del peso que tienen las emociones en el proceso de tomas de decisiones -básicamente está comprobado que somos nuestro peor consejero financiero- se convierten en excesos cuando eso se traslada al conjunto del mercado.
Lo anterior sumado al cada vez mayor peso de la gestión pasiva y a los modelos que por así decirlo persiguen al mercado está haciendo que los excesos sean cada vez mayores y en plazos cada vez más cortos. El corto plazo no es algo exclusivo de la política. Esto hace que como ya señalaba Kahneman hace mucho años seamos capaces de identificar estos exceso -y en su caso tratar de aprovecharlos- pero no de evitarlos. En definitiva, somos mejores viendo los errores en el otro que en nosotros mismos. Va a ser muy interesante analizar cómo evolucionan estas tesis en un mundo donde el criterio como consecuencia del auge de la inteligencia artificial va a ser cada vez más escaso, aunque no resulta disparatado pensar que la IA no va a resultar un remedio sino probablemente todo lo contrario.
El Ibex, un 50% en 18 meses
Los titulares de la Prensa especializada se empiezan a hacer eco de algo de lo que todavía no había consciencia en la comunidad inversora. El buen comportamiento de la Bolsa española es algo que se había escapado a prácticamente todo el mundo. Estábamos -hemos estado o seguimos estando- a otra cosa. Pero independientemente de que nos demos cuenta o no, está pasando. Por lo que sea -y esto es algo en lo que hemos venido abundando en esta página-, el Ibex 35 es uno de los índices más favorecidos del cambio de marea producido en los últimos tiempos.
Y hoy que tocaba hablar del 'behavorial finance' por la muerte de Kahneman, importa recordar que son precisamente los que por lo que sea -sesgos- no han estado invertidos en este mercado siendo este su mercado natural son los que peor van a llevar el hecho de perderse la subida. Es algo consustancial con el género humano, al que se le puede pedir muchas cosas pero desde luego no coherencia y mucho menos cuando tiene que ver con su dinero.
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Probablemente todavía se encuentre en ese punto de negación. Todavía no se pueden creer lo que ya están leyendo en algunas crónicas bursátiles. No puede ser que con la que está cayendo en la cosa política, la Bolsa se esté comportando como se está comportando. El problema empieza a ser que de igual forma que como nos explicaba Kahneman somos absolutamente irracionales en lo que tiene que ver con el riesgo y nuestras inversiones, la avaricia también es otra de las emociones que tienen su hueco en lo tocante con el dinero. Y no podemos soportar que esto esté pasando tan cerca y no estar sacando tajada. Los inversores son ventajistas por naturaleza y es algo que no se lo podemos echar en cara.
Estamos todavía en un punto en el que no hay consciencia de esta realidad pero también se dan todas las circunstancias para que más pronto que tarde acabe pasando. A pesar de lo espectacular que pueda sonar el titular si tenemos en cuenta el punto de partida sobre todo en lo que tiene que ver con las valoraciones, que es al final lo que importa, queda todavía mucha tela que cortar. Los que habían hecho de no invertir en Bolsa española una religión quizá se lo tengan que hacer mirar, mas si sus clientes son españoles, que no van a perdonar no participar de algo que les toca tan cerca.
El suelo, cuello de botella
El Consejo de Ministros ha aprobado una modificación de la ley del suelo que trata de incrementar la seguridad jurídica para los planes de desarrollo urbanístico. El objetivo fundamental de la enmienda es evitar que, como pasaba hasta ahora, cualquier problema en la tramitación del plan obligaba al promotor a empezar de cero. Con la modificación propuesta, lo que se permite es que una vez se solucione el eventual problema que se pueda detectar en el proceso, la tramitación del plan continúe desde ese punto, lo que sin duda supone un importante ahorro de tiempo -y no solo-.
La falta de suelo es uno de los principales problemas del residencial español. Es algo que escapa al control de los promotores inmobiliarios. Y la tramitación desde que el suelo es considerado como urbano hasta que llega a ser finalista -esto es, listo para que se empiecen a poner ladrillos- es largo y tortuoso. Es el promotor quien asume el riesgo y el que, con la legislación vigente que hasta cierto punto ha invertido la carga de la prueba, tiene las de perder en el proceso.
Hay poco suelo considerado como urbano y el trámite para transformarlo en finalista es un mal parto. El exceso de celo por parte del regulador es consecuencia de los excesos del ciclo anterior pero se están demostrando a todas luces contraproducentes. Sin suelo para desarrollar no hay casas para poner en el mercado -tanto en venta como en alquiler-. Si la oferta no es suficiente, el precio solo tiene un camino. Y es precisamente en el suelo donde está el cuello de botella.
La situación es muy grave y el paso dado es en la dirección correcta pero a todas luces insuficiente. El problema de la tramitación es solo una de las causas detrás de la falta de oferta. El maniqueísmo con el que desde la política siempre se enfrenta a la vivienda hace muy difícil un planteamiento más realista. Basta con ver que en el Congreso probablemente el PSOE se tenga que apoyar en el PP para que al final salga adelante esta enmienda. Con Sumar y el resto no se puede contar para impulsar medidas razonables cuando huele a ladrillo. Se trata de algo a medio camino entre la ignorancia y la estulticia pero, eso sí, siempre revestido de muy buenas intenciones.
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